«Algo prestado» no es más que otra trillada comedia romántica de Hollywood
M.I. | DONOSTIA
«Algo prestado» costó 35 millones de dólares y todavía no ha recaudado la cantidad invertida, lo que es un acto de justicia poética. Al público no se le puede seguir ofreciendo un nivel de comedia romántica tan paupérrimo, con historias trilladas mal interpretadas y realizadas de forma aséptica y rutinaria. Parecen querer dar la razón a quienes denigran un género que si está bien hecho no tiene porqué provocar verguenza ajena en los espectadores.
La actriz Hilary Swank compró los derechos de la novela de Emily Giffin para producir la adaptación, junto a su socia Molly Smith. Lo que no se entiende es que, si tanto creía en sus posibilidades, no haya acabado protagonizando la versión cinematográfica, como sería de esperar. Ha delegado la función estelar en Ginnifer Goodwin, que consigue hacer insoportable y odioso el personaje de Rachel. La culpa del fiasco no es sólo de ella, ya que todo el reparto hace aguas.
Kate Hudson acepta un papel aún más repelente si cabe, aunque quien se lleva todos los méritos para ganar el Razzie a peor actor del año es Colin Egglesfield, que ejerce como guaperas de la función.
Todo empieza en una fiesta de cumpleaños que reúne a las dos amigas de la película, hasta que una de ambas anuncia su compromiso con el mencionado guaperas, sin saber que la otra está enamorada de él desde que eran estudiantes. Como la prometida se emborracha, su amiga se reencuentra con su viejo amor y vive una noche apasionada. La pregunta del millón es: ¿Enfrentará el amor por el mismo hombre a las dos amigas?