Al-Zawahiri releva a Bin Laden al frente de la «yihad» contra Occidente
El hasta ahora «número dos» de Al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri, se ha convertido en el nuevo líder de la red islamista, en sustitución de Osama bin Laden, muerto en Pakistán por un comando estadounidense, y guiará a partir de ahora la «guerra santa» contra EEUU e Israel. Su elección es la de la lógica y la continuidad, según los expertos, aunque no goce del mismo aura que el fundador de la organización.
GARA |
El egipcio Ayman al-Zawahiri ha sido nombrado sucesor de Osama bin Laden al frente de la red islamista Al-Qaeda, que ayer anunció que proseguirá la «yihad» (guerra santa) contra EEUU e Israel. «El mando general de Al-Qaeda anuncia, tras consultas, la designación del jeque Ayman al-Zawahiri a la cabeza de la organización», indicaba el comunicado colgado en webs islamistas.
Ayman al-Zawahiri, «cerebro» y principal portavoz de Al-Qaeda, se convierte así en el hombre más buscado del mundo. Su cabeza vale 25 millones de dólares, según Washington.
Después de semanas de rumores, el relevo de Bil Laden por Al-Zawahiri, su «número dos» y brazo derecho, no ha sorprendido a nadie al ser considerado el de la lógica y la continuidad.
Además de anunciar el nombramiento de su nuevo líder, Al-Qaeda insistió en su nota en que va a «proseguir la `yihad' contra los apóstatas que agreden la tierra del Islam, encabezados por la América cruzada (EEUU) y su acólito Israel». «Los combatiremos con todas nuestras capacidades y exhortamos a la nación (islámica) a combatirlos (...) por todos los medios posibles hasta la expulsión de todos los ejércitos de invasión de la tierra del Islam y la instauración de la sharia (ley islámica)», agregó.
En el mismo comunicado, aseguró a los palestinos que «no los abandonará» hasta «la liberación de toda la Palestina». «No aceptaremos ninguna concesión sobre Palestina» y «no reconoceremos la legitimidad al supuesto Estado de Israel», como «tampoco nos comprometeremos en ningún acuerdo o convención» que reconozca a Israel, subrayó.
Manifestó también su «apoyo a la intifada de los pueblos musulmanes oprimidos que se han levantado» en Egipto, Túnez, Libia, Yemen, Siria y Marruecos, e instó a continuar la lucha hasta «eliminar a los regímenes corruptos e injustos impuestos por Occidente».
«Enemigo único»
Pero agregó que «el verdadero cambio no se logrará hasta que la umma (nación) se libere de todas las formas de ocupación, hegemonía y control militar, económico, cultural y judicial, impuestas por Occidente».
Expresó también su respaldo a los combatientes en Afganistán, Irak, Somalia, la Península Arábiga y el Magreb, donde operan células de Al-Qaeda, así como en Chechenia, para combatir «a un enemigo único».
Ali al-Fil, experto en asuntos islámicos en el centro de investigación Ibn Jaldun, señaló a Efe que no descarta que Al-Qaeda aumente sus acciones, ya que prevé que el nuevo líder «quiera confirmar su presencia como `número uno'», y auguró, debido a la «mejor formación académica» de Al-Zawahiri, una dirección más fuerte y un desarrollo de la red en el ámbito internacional.
Como posibles blancos de Al-Qaeda en la nueva etapa, Al-Fil nombró a EEUU, Gran Bretaña y Estado francés, por su papel «crucial» en la lucha contra la organización, así como Yemen, Libia o el Magreb islámico.
No obstante, para el analista Fahmi Huweidi, su designación es «más una continuación que un cambio» y no espera un aumento de las actividades de Al-Qaeda.
Al-Zawahiri está lejos del carisma que tenía Bin Laden y tendrá dificultades para dirigir Al-Qaeda mientras tenga que ocuparse de su supervivencia, señaló un alto funcionario de EEUU citado por AFP. Consideró que Al-Zawahiri no ha mostrado sus cualidades de líder y explicó que su ascenso puede provocar críticas y rechazo en el seno de Al-Qaeda, porque contrariamente a otros dirigentes, «no tiene experiencia real de fuego y escogió ser un comandante sentado en un sillón, con imagen de `blando'».