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Aguilera presenta «Naufragio», una abstracta historia de inmigración rodeada de magia y muerte

«Naufragio», la segunda película de Pedro Aguilera, relata la historia de un inmigrante subsahariano que acaba matando a un hombre, siguiendo el mandato de un espíritu que le habla a través de unas piedras.

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Nerea GOTI | BILBO

«Naufragio» es el segundo largometraje de Pedro Aguilera, un donostiarra formado en parte en Cuba y con experiencia en México junto a Carlos Reygadas, que ha escrito, producido y dirigido cortos como «El trato» o «Narciso y Goldmundo» y cuyo primer largometraje, «La influencia», se estrenó en la Quincena del Festival Cinedecouvertes de Bruselas, en 2007.

En este largometraje, que llega hoy a las salas de cine -aquí se proyectará en los bilbainos cines Multi y en el Florida, de Gasteiz; también se estrenará en Madrid y Barcelona- Aguilera ha optado por elegir como protagonista a un inmigrante, aunque, como precisó ayer, no busca realizar un retrato social, sino narrar la historia de «un icono, una abstracción».

Robinson es un subsahariano que consigue llegar a las costas del Estado español e instalarse más tarde en un pequeño pueblo, donde consigue un trabajo y convive en una pensión con la familia que la habita. Robinson apenas cruza palabra con quienes le rodean, tiene una privada y misteriosa relación con lo esotérico, el mundo de la magia, una comunicación con algo intangible a través de unas curiosas piedras que consulta periódicamente. Tal y como explica la sinopsis del filme, «la mente de Robinson está repleta de voces, espíritus que le confunden y le gobiernan. Para liberarse de ellas tendrá que cumplir una misión: matar a un hombre».

«Naufragio» se ha rodada en varias localizaciones de la Rioja alavesa, así como en las localidades almerienses de El Ejido y San José. Solo Touré, un trabajador de la construcción de 25 años, procedente de Guinea Bissau y residente en Madrid, es el actor que se mete en la piel del protagonista. Ayer no estuvo en la presentación en los cines Multi de Bilbo, porque tal y como explicaron, «ha vuelto a Guinea, porque tenía que estar allí antes de las lluvias».

Aguilera le conoció cuando participaba en un cortometraje sobre la inmigración y quedó «impactado». Explicó que Touré se ha tomado éste como si fuera cualquier otro trabajo, sin más aspiraciones de seguir en el mundo de la interpretación ni en el cine y subrayó que «es un tío con una intuición especial, que reacciona según está actuando».

El cineasta, que estuvo acompañado por algunos de los actores del reparto, Ramón Barea, Kandido Uranga e Iñake Irastorza, describió «Naufragio» como «una película abstracta» que busca que el espectador vaya más allá de una lectura literal de los hechos que narra: la historia de un inmigrante que mata a un hombre. «Es una película que nace de mi subconsciente», manifestó el donostiarra. Con este trabajo, relató, «precisamente he intentado romper la visión que tenemos de la gente; por ejemplo, ves a un hombre negro por la calle y ya piensas que es un inmigrante, o ves a un hombre con corbata y ya piensas que es un oficinista, etc. Tendemos a encasillar mucho las cosas, a la gente, y a verlas de una forma un poco simplista. Entonces, al hacer esta película, me planteé que un inmigrante no tiene por qué ser una persona que venga de un país pobre a buscarse aquí un futuro», explicó.

Los tres conocidos actores vasco, que ayer visionaron por primera vez el filme, coincidieron en describir este filme como «algo distinto».

Estreno

Dirección y guión: Pedro Aguilera.

Producción: Jose María Lara, Michael Eckelt con la coproducción de EITB.

Interpretes: Solo Touré, Kandido Uranga, Iñake Irastorza, Julio Perillan, Alex Merino.

País: Estado español, 201.

Duración: 94 minutos.

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