RECORTES Y PROTESTAS SOCIALES EN EUROPA
La amenaza del FMI agudiza la crisis política en Grecia
Tras las protestas que derribaron al Gobierno, Papandréu insiste en que no hay otra alternativa que cumplir el mandato y ahorrar 78.000 millones de euros con privatizaciones, cierres de empresas y bajadas de salarios. El FMI dice que no habrá ayuda sin ello y Europa da largas al rescate.
GARA | ATENAS
La masiva y tensa huelga general del miércoles, la tercera del año en Grecia, ha puesto el dedo en la llaga de una crisis que ya no sólo es económica, sino también gubernamental y política. Al final de la jornada, el primer ministro, Yorgos Papandréu, optaba por disolver su ejecutivo y tratar de formar otro, pero la oposición al PASOK ha declinado la invitación a implicarse en la defensa de medidas muy impopulares y que han sido impuestas por el FMI y la UE.
«Que la crisis la pague la plutocracia y no el pueblo», gritaban los manifestantes de Atenas, con pancartas contra Pa- pandréu, pero también contra la UE y el FMI. «Pueblo, no bajes la cabeza, no te dejes vencer», rezaba otra consigna.
El paro tenía como objetivo denunciar el nuevo «plan de austeridad», con el que el Gobierno griego quiere ahorrar unos 78.000 millones de euros hasta 2015. Para ello se cerrarán empresas públicas, se privatizarán otras, se bajarán los sueldos a quienes mantengan el trabajo y se subirán los impuestos. Una hoja de ruta que el líder del PASOK intenta desarrollar ahora con un nuevo gobierno.
Los sectores sociales en lucha son muy diversos. Hace unos meses fueron los empleados del transporte público los que lideraron las protestas callejeras, en denuncia de la concentración de las diversas empresas. Anteayer no acudieron a sus puestos los funcionarios del sector público y la administración local, incluidos quienes se emplean en la educación y la sanidad. Los hospitales sólo atendieron casos de emergencia. Tampoco abrieron las farmacias, ni las guarderías.
Ni barcos ni trenes partieron debido a la implicación en la protesta de trabajadores del sector marítimo y ferroviario. Funcionaron muy pocos medios de difusión (los periodistas hicieron huelga contra la ola de despidos, la reducción de salarios y el cierre de medios generalizado). Muchos comercios cerraron durante cuatro horas. Los controladores aéreos también pararon durante ese tiempo.
El día después, Papandréu tuvo primero que arengar a sus compañeros del PASOK para que no le abandonen, después de las dos últimas dimisiones en su grupo parlamentario. Un goteo que pone en riesgo el nuevo plan de reformas, ya que el partido del gobierno tiene una exigua mayoría de 155 sobre 300 diputados.
«Estoy ante ustedes con la fuerza que debe tener un jefe de gobierno. Y he dado la batalla para mantener al país en pie», dijo en un discurso con tintes apocalípticos. A la ciudadanía le trasladó que «comprendo el dolor y la ira» por los ajustes, pero pidió abandonar «la lógica de que la culpa es de otros, lo que lleva a la inercia y a depender de los acreedores».
El FMI ahoga
En este contexto crítico a nivel político, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprieta la tuerca un poco más. La portavoz, Caroline Atkinson, subrayó ayer que la ayuda a Grecia «está condicionada a la adopción de las reformas acordadas con las autoridades de Atenas», aunque vaticinó un «resultado positivo» en la próxima reunión del Eurogrupo.
Horas antes se había dado por seguro que en la segunda reunión al respecto que celebrarán este fin de semana los ministros europeos de Finanzas tampoco habrá acuerdo para un nuevo plan de rescate, y que se abrirá un nuevo plazo que concluiría el 11 de julio (hasta ahora el tope era el 20 de junio). Está a debate cómo repartirse una cantidad de 12.000 millones de euros, que según algunas fuentes en realidad podrían ser 18.000, y que suponen la quinta fase de aportaciones.
La inclusión del sector privado en el rescate de Grecia es uno de los puntos de mayor desencuentro en la zona euro, entre una Alemania partidaria de que los inversores paguen parte de la factura y el Banco Central Europeo, que teme las consecuencias que esto puede provocar.
Prima de riesgo, al limite
La situación griega alarma también a los países denominados «periféricos», como Portugal, que ayer estrenó gobierno remarcando su disposición a cumplir sus compromisos financieros. Y también el Estado espa- ñol, ya que la sesión de ayer del mercado secundario de deuda pública acabó en 274 puntos básicos en una jornada en la que los temores inversores sobre el rescate a Grecia la impulsaron hasta niveles máximos en 2011.
Así, a media sesión, el llamado «riesgo país» del Estado español, que se mide con la rentabilidad del bono a diez años y el alemán, llegó a su máximo anual de 282 puntos básicos, afectado también por la incapacidad de la Unión Europea y el Banco Central Europeo para alcanzar un acuerdo sobre el segundo plan de ayuda a Grecia. En cualquier caso, la prima de riesgo se acerca a su máximo histórico, que se alcanzó el pasado 30 de noviembre, cuando se situó al cierre de la sesión en 289 puntos básicos.