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RECORTES Y PROTESTAS SOCIALES EN EUROPA

La Generalitat admite que sus recortes son mayores que los del resto

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GARA | BARCELONA

Los altercados producidos anteayer en Barcelona se desencadenaron por una cuestión que luego ha quedado solapada por los conatos de violencia: los recortes de la Generalitat en materia social, que ya provocaron una masiva protesta en Barcelona el pasado 14 de mayo. La sanidad ha sido la mayor afectada por las primeras medidas implantadas por Artur Mas, que desde su llegada al Govern avisó de que Catalunya se enfrenta a «dos años» de «austeridad».

En este contexto, el gran eco mediático y político de las protestas de anteayer ante el Parlament hizo que pasaran desapercibidas afirmaciones como la hecha ayer por el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, que admitió que sus recortes están siendo mayores que los del resto.

En un debate sobre cómo salir reforzados de la crisis económica, Homs dijo que le preocupa que Catalunya sea «la única comunidad» que esté haciendo frente a la situación con este tipo de rebajas, y alertó del peligro de «arrastre» que puede haber si el resto de administraciones no llevan a cabo ajustes similares.

En declaraciones a la prensa, Homs destacó que, «mal que nos pese», Catalunya forma parte del Estado español, y por tanto puede verse afectada si emprende recortes pero el resto del Estado no paga «las deudas» contraídas.

10% menos de gasto

El portavoz de la Generalitat aseguró que Mas y su equipo impondrán el criterio de potenciar un mayor peso del sector privado para la salida de la crisis, aunque al mismo tiempo negó que eso se deba traducir en más privatizaciones.

Precisamente ayer, en el Parlament comenzó a debatirse en comisión el primer proyecto de presupuestos de la Generalitat del nuevo Govern. Un día antes se rechazaron las diversas enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos que entienden que los recortes son excesivos. CiU y PP alinearon sus votos para ello, y también se les sumó el diputado Joan Laporta. Todo apunta a que el PP es actualmente el socio más sólido de Mas.

El Presupuesto de la Generalitat para este 2011 asciende a 32.354 millones de euros, con un déficit previsto del 2,66% y una reducción global del gasto del 10% -lo que significa 2.680 millones de euros menos respecto al presupuesto del ejercicio de 2010-. Se trata de la primera vez que el presupuesto catalán se reduce respecto al ejercicio anterior.

Artur Mas y su equipo culpan de la situación a sus predecesores, sobre todo por el incremento de la deuda. Así, esgrimen que la única partida que sube, forzosamente, es la del pago de intereses, que se incrementa en 558 millones de euros, hasta los 1.477 millones.

La reducción afecta a los departamentos sociales de modo evidente: así, el de sanidad se reduce en un 6,5%; el de educación baja un 7,4%; y el de bienestar social y familia perderá un 10% de su dotación anterior en el caso de que el proyecto salga adelante.

Polémica por un vídeo con policías infiltrados

Un vídeo casero difundido ayer por varios canales y que en unas horas fue visto por cientos de miles de personas -puede encontrarse en youtube.com tecleando testimoni desde la Ciutadella- desató ayer un fuerte debate sobre el origen de los altercados del miércoles en el Parlament. Y es que en las imágenes aparecen varios Mossos d'Esquadra de paisano, infiltrados entre los miles de indignados, que según denunciaron desde este movimiento fueron quienes provocaron los incidentes.

En el vídeo, si bien no se aprecia que estos policías participen en ningún altercado, sí se ve cómo en la concentración, que se desarrollaba con normalidad, en un momento dado se produce un alboroto y a continuación la Policía autonómica carga contra los concentrados. Seguidamente, algunos de los indignados se dirigen a un grupo de personas en tono de reproche, como si hubieran hecho algo. Estas personas, una decena, se apartan de la multitud al sentirse interpeladas, y después de unos minutos de tensión, aparecen varios policías con material antidisturbios que les sacan del lugar, escoltadas.

El conseller de Interior, Felip Puig, negó que estos policías de paisano estuvieran en el origen de los disturbios, y anunció querellas por «calumnias», aunque admitió que sí había Mossos infiltrados entre los manifestantes, según sostuvo para obtener información. Sindicatos policiales criticaron la difusión de las reveladoras imágenes. GARA

González habla de «emergencia»

El ex presidente del Gobierno español Felipe González dio otra voz de alarma ayer sobre la situación en el Estado español -que calificó como «de emergencia»- y se dirigió además directamente al candidato del PSOE a La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, para pedirle que la reconozca. Le aconsejó que cuente a los ciudadanos la verdad de lo que está ocurriendo en el Estado español y la importancia que tiene llevar a cabo una serie de reformas para «ganar competitividad».

En una entrevista en la Cadena Ser, González emplazó a Rubalcaba a que traslade la necesidad de aumentar la productividad «por hora de trabajo».

Cargó además contra la actitud del PP, de quien dijo que está actuando de manera «irresponsable» y «poniendo palos en las ruedas». González invitó a Mariano Rajoy a que deje de decir que el Gobierno Zapatero «está haciendo mal» cuando, en su opinión, «está haciendo bien» con sus medidas económicas.

Felipe de Borbón, increpado otra vez

Los «indignados» españoles no sólo censuran a la clase política y empresarial en general, sino también a la Casa Real. Ayer, unas 30 personas se concentraron ante la sede de la Universidad Autónoma de Madrid, adonde acudió el príncipe, Felipe de Borbón, para participar en un encuentro educativo. El heredero fue recibido con gritos como «Queremos un piso como el del principito» o «Los Borbones a los tiburones». Los concentrados pitaron y gritaron al hijo de Juan Carlos de Borbón mientras salía de su coche y saludaba a los representantes de la Universidad que le esperaban en la puerta.

Este tipo de protestas ante la Casa Real española, antes inéditas en Madrid, se han convertido en más o menos frecuentes en los últimos tiempos. Quizás por ello, en la visita a Iruñea de hace dos semanas Felipe de Borbón entabló un careo en la calle con una joven republicana.

El PP lo compara con Euskal Herria

El aumento de las protestas por la situación económica y política ha hecho que dirigentes del PP recurran a comparaciones con Euskal Herria para intentar deslegitimarlas. Así, la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Arantza Quiroga, saludó ayer que se hayan producido protestas en puntos como Barcelona que considera similares a las que históricamente se han sucedido aquí. «Durante demasiado tiempo, parlamentarios que hoy se llevan las manos a la cabeza han lanzado mensajes de cierta condescendencia con sus amigos los nacionalistas vascos -censuró- Y es que aquí nos estamos jugando mucho, nos estamos jugando la democracia y la defensa del Estado de Derecho».

La víspera, su compañero de partido y alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, aseguró que le produce temor pensar que se puedan producir protestas callejeras así en puntos como Donostia, porque la Guardia Municipal está bajo el mando de un alcalde de Bildu.

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