Ejercicio de liderazgo político desde la cárcel; actitudes mediocres en las instituciones
El próximo miércoles se cumplirá un mes de las elecciones municipales, forales y al Parlamento navarro, y la actualidad política sigue pivotando sobre las consecuencias de la contienda electoral. No sólo en el ámbito estrictamente institucional, como sería lógico, sino también en el de la reordenación de fuerzas y la adecuación de todos los agentes en liza a un nuevo tiempo que hace cuatro semanas se intuía pero que tras los comicios ha entrado de forma arrolladora. Algunos pretenden restañar sus heridas; otros, gestionar con mesura la victoria; y algunos incluso intentan encontrarle algún sentido a su pervivencia como proyecto. Sin embargo, y aunque las derivadas del 22-M seguirán marcando la agenda durante un tiempo, dentro de apenas una semana va a comenzar un juicio cuyo desarrollo tiene también una vital importancia en el devenir político de Euskal Herria.
Se trata del proceso abierto contra varios militantes de la izquierda abertzale en el llamado «caso Bateragune», en el que será juzgada, no sólo la actividad de ocho conocidos independentistas vascos, sino también la apuesta política que nos ha conducido a este nuevo escenario. Lo que se pretende juzgar en la Audiencia Nacional a partir del día 27 es la decisión de la izquierda abertzale de abrir un debate profundo y estratégico en sus filas y definir el nuevo camino que debe llevar a este pueblo a un marco democrático. No es necesario recordar otra vez cuáles han sido las consecuencias de ese debate, y a la vista está la ilusión que ha generado en la sociedad vasca. Todo eso va a ser juzgado por un tribunal que encabeza la magistrada Angela Murillo.
Precisamente, GARA publica hoy una extensa entrevista con uno de los encausados: Arnaldo Otegi. Encarcelado desde aquella operación, como varios de sus compañeros, responde a un cuestionario que no deja sin tocar nada de lo que ha ocurrido en los últimos tiempos. Y han ocurrido muchas cosas. Destaca los avances que se han producido, reivindica la potencialidad de la nueva estrategia y sostiene que la relación de fuerzas con el estado es sensiblemente mejor de la que era hace apenas unos meses. Otegi, portavoz reconocido de la izquierda abertzale, permanece encarcelado porque los mandatarios españoles saben de su valor político y su referencialidad en un sector llamado a liderar el cambio en Euskal Herria. Lo mantienen como rehén por miedo, pero cada entrevista que ofrece, aun entre barrotes, no hace sino confirmar la enorme talla de una persona que muchos consideran un auténtico estadista. Y cada día que pasa sin que recobre la libertad no hace sino agrandar su figura. El Estado español es consciente de que llegará un momento, más pronto que tarde, en que no le quede más remedio que excarcelarlo, así lo demandan también personalidades de todo el mundo, y cuanto más tarde en hacerlo mayor eco tendrán sus palabras y reflexiones, no ya en Euskal Herria, sino también en la comunidad internacional.
Mercadeo en las instituciones
El contenido de la entrevista con Arnaldo Otegi contrasta con el poco edificante espectáculo que están ofreciendo algunos cargos electos en la constitución de las instituciones. Así sucede, por ejemplo, con las representantes de Ezker Batua en Araba, quienes mantienen el suspense sobre si dejarán liderar la diputación a aquellos que niegan la condición de víctimas a los obreros muertos en la masacre del 3 de Marzo. Qué decir del PSN, cuyo secretario general argumenta su rechazó a conformar un gobierno alternativo al de UPN en que Bildu alcanzaría así una posición determinante en el Parlamento. Hace cuatro años tampoco quisieron pactar con NaBai. Dentro de cuatro años quizá no sean necesarios para conformar ningún ejecutivo. Roberto Jiménez entrará en el Gabinete de Yolanda Barcina, y se congratulará por ello, pero no debería olvidar que UPN utilizó como muleta a CDN durante años, y ahora estamos hablando de una formación extinta. En un momento histórico en el que la política vasca requiere líderes de enjundia, algunos se encargan de demostrar qué limitadas son sus miras de político mediocre.
Solidaridad y compromiso en Biarritz
Qué diferente de lo que se pudo vivir ayer en Biarritz. Personas, colectivos y agentes sociales de todos los colores participaron en una jornada por los derechos civiles y políticos que ha supuesto un hito en una lucha que cobrará una gran importancia en los próximos meses. El respaldo que ha recibido la militante de Batasuna Aurore Martin frente a la persecución sufrida por parte de los estados español y francés ha sido un ejemplo de solidaridad, humana y política, que se suma además al respaldo que obtuvieron hace unas semanas los jóvenes encerrados en contra de la aplicación de la euroorden. En Ipar Euskal Herria, y también fuera de este país, cada vez son más quienes deciden plantarse frente a los desmanes del Estado francés, al que cada vez le va a costar más seguir la estela represiva de Madrid.