La temporada 2011 de la Liga San Miguel arrancó en falso. Las principales embarcaciones se citaban en aguas bordelesas para dar las primeras paladas del año en la regata Trofeo Casino Lucien Barriere, aunque éstas no fueran puntuables para la Liga. Sin embargo, la traicionera marea baja del río Garona les jugó una mala pasada, impidiendo a los participantes poder echar sus botes al agua, hasta el punto de que la prueba de estreno debió acabar por suspenderse.

El Garona ya había amenazado a sus participantes, que lo veían de antemano como un lugar peligroso por lo impredecible. Así pues, la Asociación de Clubes de Traineras se curaba en salud otorgando a la primera regata un carácter de simple exhibición, amén de delimitar la misma con una prueba contra el crono por parejas.

Conforme se acercaban las 17.00 el ceño de los participantes y organizadores se iba frunciendo por momentos. «Debido a las fuertes corrientes del Garona, la prueba de esta tarde en Burdeos se disputará en modalidad de contrarreloj individual», rezaba el twitter de la ACT. «La fuerza de la corriente no suponía un obstáculo tan grande como para suspender la prueba», confesaba a este periódico Iñaki Mikeo, gerente de la Asociación de Clubes de Traineras. «El problema que no hemos conseguido salvar es que los clubes no han podido echar los botes al agua», añadía contrariado.

Empantanados

La cuestión es que a las 17.00 el Garona estaba en marea baja. Muy baja. Tan, tan baja, que los clubes no podían con el lodo que empantanaba la rampa de descenso al agua. «Que conste que los clubes lo han intentado todo, metiéndose en el agua hasta la cintura. Han hecho todo lo posible para llegar al agua y disputar la prueba, pero es que les ha sido materialmente imposible», añadía un Iñaki Mikeo que, a pesar de su amplia experiencia en diversos campos de regateo, alucinaba ante la realidad de una marea que no sólo embarrancaba los botes, sino que varaba la propia competición, incapaz de salvar los escasos metros que separaban el puerto del agua.

En ese sentido, el gerente de la ACT entonaba el mea culpa a la hora de explicar los sucesos acaecidos en la tarde de ayer. «No es que no conociéramos el campo. Claro que lo conocíamos. Pero lo cierto es que nunca, jamás, nos había coincidido con marea baja, y nadie de la organización nos había advertido nada al respecto. Ha sido un lamentable patinazo», comentaba.

Este mediodía, sin falta

El arranque en falso de la tarde de ayer no impide, sin embargo, que la Liga San Miguel se ponga en marcha este mediodía, con la celebración -esta vez puntuable para la Liga- del Grand Prix CCI de Burdeos. «En principio no va a haber ningún problema para que esta regata se dispute. La misma se va a disputar con marea alta, de modo que las traineras podrán llegar al agua y remar sin mayores contratiempos», adelantaba Iñaki Mikeo. ETB retransmitirá en directo la prueba bordelesa.

No obstante, el enviado especial por Euskadi Irratia Manu Maritxalar añadía un matiz inquietante. Según Maritxalar, «la pleamar será a las 11.15, de modo que la regata se disputará en una situación donde el nivel del agua va a ir a menos. Eso significa que puede haber ventajas muy grandes entre unas traineras y otras, dependiendo en la tanda que les toque remar».

Asimismo, el enviado de Euskadi Irratia recordaba -en un contexto de lógico cabreo generalizado- que «los técnicos de la ACT en su día desaconsejaron celebrar regata alguna en estas aguas, debido a las características tan especiales del campo de regateo», para añadir a continuación que «fueron los propios clubes quienes, después de sopesar los pros y las contras, decidieron tirar para adelante y arrancar la temporada 2011 en las aguas del río Garona».

Así pues, en un contexto de peor inicio posible, la Liga San Miguel-Corona Mapfre 2011 tendrá la difícil misión de recuperar la normalidad -con el agravante que la prueba de este mediodía sí será puntuable- tras una situación de falta total de la misma, sobre todo por un campo de regateo traicionero que mostró una vez más que, ante los elementos, el ser humano, incluso el mejor preparado, no es gran cosa.