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movilizaciones del 15-m contra el pacto del euro

Una multitud de indignados contra los recortes pide una huelga general

Decenas de miles de personas salieron ayer a la calle en las ciudades del Estado español para denunciar los recortes sociales que los Estados y medios financieros quieren llevar a cabo a través del denominado «pacto del euro». Aunque en un ambiente festivo, los indignados denunciaron la corrupción política, los recortes de salarios, pensiones y del sistema educativo y sanitario, y anunciaron la preparación de una huelga general.

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Decenas de miles de personas tomaron ayer las calles de las ciudades del Estado español, así como de otras europeas para denunciar los recortes sociales y el sistema político y financiero que hace pagar la crisis económica a los más desfavorecidos.

En Madrid, una marea humana se reunió en la Plaza de Neptuno procedente de seis multitudinarias marchas de «indignados», convocados por el movimiento 15-M y Democracia Real Ya, que recorrieron las calles de la capital hasta llegar a unos 300 metros del Congreso.

La movilización reunió a 37.742 personas según el cómputo efectuado por la empresa Lynce para la agencia Efe, cuyo margen de error podría elevar el número de asistentes hasta los 42.271. La dimensión de la protesta dejó pequeñas incluso las convocadas de los sindicatos UGT y CCOO contra la crisis o los recortes en las pensiones.

Desde las 9.00 y hasta las 14.00 las personas que partieron de seis puntos de la Comunidad madrileña corearon lemas clásicos en el movimiento de indignados, como «Pienso, luego me indigno» o «No hay pan para tanto chorizo» y portaron pancartas y, sobre todo, carteles artesanales con frases como «Tu 'Botín', mi crisis», «Esta crisis no la pagamos», «Detrás de un corrupto hay seis tertulianos», «Zapatero, lacayo de los banqueros», «Es una estafa, no es una crisis» o «Todos los caminos llevan a Islandia».

Personas de todas las edades, incluidos jubilados y familias con bebés, participaron en la marcha bajo un intenso calor y en un ambiente festivo. Desde ventanas y balcones otras personas se sumaban con aplausos a la protesta.

El pacto de estabilidad de la zona euro y sus recortes sociales, los políticos corruptos ajenos a la voz de los ciudadanos, el paro que supera el 21% de la población activa española eran algunos de los objetivos de la críticas de los manifestantes.

«Los bancos y gobiernos que han provocado esta situación deben saber que no estamos de acuerdo con las medidas y recortes presupuestarios, que tenemos la intención de hacernos oír y que lo haremos», señalaron los convocantes.

El acoso mediático al movimiento de los últimos días había llevado el debate sobre el mismo a la cuestión de la violencia, con lo que los indignados se dedicaron previamente en las redes sociales y las distintas páginas web a lanzar apelaciones a evitar posibles provocadores. De hecho, en los gritos pusieron de manifiesto que eran conscientes de que policías estaban infiltrados en la manifestación. Pero algunos dieron la vuelta a la campaña con lemas como «Violencia es cobrar 500 euros» o «Lo que sí es violencia es no llegar a fin de mes».

Huelga general

Todos insistían en que sólo se representaban a sí mismos y rechazaban cualquier color político y sindical pues, de hecho, las marchas han sido convocadas por la Coordinadora de Barrios y Pueblos en Lucha, que avalan las asambleas de barrios fruto del Movimiento 15-M y de la acampada de Sol.

El ambiente festivo fue tomando un cariz más reivindicativo al ir convergiendo en la madrileña plaza de Neptuno. Allí, en un comunicado, los indignados, a través de la voz de dos parados leyeron un manifiesto, con el fondo del Congreso flanqueado por una treintena de policías, en el que propusieron que «las asambleas de trabajadores de barrios y pueblos de Madrid comiencen a trabajar para preparar una huelga general que permita cambiar esta sociedad». La organización pidió la unión de todos los movimientos para aumentar la fuerza del mensaje. Del mismo modo, se dirigieron «al poder» para mostrar su rechazo al recorte de salarios y de las pensiones. En este último caso recordaron que es «quitar a los mayores algo por lo que lucharon durante años».

También rechazaron la privatización de la Educación y la Sanidad y criticaron los beneficios que el poder concede a la banca.

Para despedirse, volvieron a animar a los reunidos a unirse para llevar a cabo «una huelga general que va a parar el país».

También decenas de miles de personas -50.000 según los Mossos d'Esquadra y hasta 260.000 según los organizadores- salieron a la calle en Barcelona bajo el lema «La calle es nuestra, no pagaremos por la crisis», atravesando la ciudad entre la Plaza de Catalunya y la Plaza de Palau, cerca del Parlament.

En Valencia, Granada, Málaga y otras , varios miles de personas se manifestaron con grupos de humor, gigantes y cabezudos, zancudos y grupos disfrazados, entre ellos jóvenes con pañales para demostrar cómo les ha dejado el sistema financiero internacional.

Problemas en Bruselas y París

Entre las manifestaciones europeas con los mismos objetivos, en Bruselas la Policía usó de gas lacrimógeno para dispersar a las varias decenas de indignado que se han concentraron en el barrio de Ixelles.

En París, la policía francesa detuvo a un centenar de indignados cuando trataban de manifestarse frente a la catedral de Notre Dame. Unos 300 manifestantes intentaban continuar la protesta que había comenzado al mediodía frente al Ayuntamiento, pero la plaza estaba en obras por lo que decidieron trasladarse a la vecina catedral donde carecían de permiso. Los agentes los rodearon y detuvieron a más de un centenar.

También en Portugal unas 300 personas se manifestaron tras una pancarta con el lema «Europa despierta».

Pacto para salvar al euro y recortar el gasto social

El «Pacto por el euro», contra el que el movimiento 15-M protestó ayer en varias ciudades españolas y en otras europeas, supone rigurosos recortes de gasto social con la justificación de impulsar la competitividad. El acuerdo, impulsado por Alemania y el Estado francés y alcanzado el pasado marzo por los líderes europeos, declara como objetivo robustecer la economía comunitaria para evitar nuevas crisis que pongan en riesgo la zona euro. Estos son sus principales ejes:

- Alineación del impuesto de sociedades.

- Aumento de la edad de jubilación.

- Vinculación de los salarios a la productividad.

- Flexibilización del mercado de trabajo abaratando el despido e incentivando la contratación y formación permanente con una rebaja de los impuestos que pagan las empresas.

- Vigilancia de la solvencia del sector financiero con medidas comunes de fiscalidad y lucha contra el fraude.

- Control del déficit a través de objetivos establecidos en leyes estatales o, incluso, en la Constitución.

- Reforma del sistema de pensiones y de protección social para recortar gastos.

- Control del endeudamiento para que la deuda pública no supere el 60 % del PIB.

- Asunción, a nivel estatal, de compromisos anuales cuyo cumplimiento los países deben justificar doce meses después ante el resto de socios europeos y la Comisión Europea. GARA

Miles de personas secundan la protesta en Euskal Herria

En Euskal Herria la movilización convocada por el movimiento 15-M llevó a las calles de Bilbo, según sus organizadores, a unas 8.000 personas en un ambiente bullicioso, tras una pancarta con el lema «No al pacto del euro. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros» Jóvenes, familias, personas de edad avanzadas y cuadrillas de adolescentes finalizaron la protesta ante el lugar de la acampada en la Plaza de Arriaga. Al llegar a edificios oficiales como el del Gobierno de Lakua, la Delegación del Ministerio de Hacienda, la Diputación, el Ayuntamiento y sedes centrales de los bancos Santander y BBVA, los manifestantes hicieron breves sentadas con las manos en alto mientras cantaban «manos arriba, esto es un atraco». En Gasteiz, unos 3.000 indignados comenzaron la manifestación en silencio tras una pancarta en la que se leía «Euro para los ciudadanos no para los mercados» desde la plaza de la Virgen Blanca, escenario de la acampada del movimiento 15-M. Pero los gritos de «no nos representan» arreciaron frente al Palacio de Ajuria Enea y continuaron durante el recorrido. En Donostia, varios miles de personas se manifestaron hasta concluir en el Boulevard donde estaba previsto que se levantara el campamento. También cientos de indignados de Iruñea se sumaron a la movilización y se mostraron convencidos de que ganarán «la batalla» si hay participación ciudadana en las protestas. GARA

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