La inestabilidad en las cadenas, en las productoras, en las parrillas televisivas empieza a ser un síntoma de una crisis que no hay manera de esconder. Parece ser que la mitad de las cadenas de la caverna española en la TDT está a punto de la reconversión o del cierre. Es muy probable que se trata de una rumorología interesada, lo mismo que la campaña de esa indecencia que se llama Intereconomía que acumula los minutos más infectos de toda la manipulación ultra, en la que está solicitando ayuda a su audiencia y que, a buen seguro, como sirven a los intereses de quién les ha concedido la señal y los protege, encontrarán en sus amos la recompensa y la salvación.

El ser bufón televisivo se paga bien. Otra cosa es que si el PP en todas sus afecciones va llegando al poder territorial, las televisiones propias son también un foco de intoxicación, como lo es Tele Espe, o como lo es de manera injuriosa, Canal 9 en el reino de Camps. Es decir si controlan todas las autonómicas, ETB incluida por delegación de Basagoiti, están esperando hacerse también con RTVE para lograr un campo informativo anulador de la biodiversidad política, y en esa circunstancia, los que hasta ahora han hecho el trabajo de zapa desde la TDT, empezarán a pedir su recompensa. Son demasiados para lo que se puede repartir.

Desde el punto de vista empresarial han sido una ruina todas las cadenas recién llegadas a la TDT, casi sin excepciones dignas de crédito. Los otros canales que han derivado parte de sus ofertas a cadenas subsidiarias, tampoco encuentran viabilidad económica en los mimos, ni complementariedad. Por lo tanto, todos están sufriendo los temblores económicos directos y los políticos indirectos que se amontonan y crean una situación de mucha incertidumbre. Cambian las programaciones enteras de esas, externalizan los contenidos y las producciones, los artistas se cambian de cadena con una frialdad contractual más allá de lo habitual. Todo a la entrada del verano, que es cuando existe más posibilidades de experimentación y que esta temporada va a ser más conservadora que nunca. Lo más reseñable, de momento, el desembarco de Isabel Pantoja y su corte en Tele 5.