NUEVO MAPA INSTITUCIONAL EN EUSKAL HERRIA
«Las instituciones deben colaborar para que el proceso avance rápido»
Candidato a diputado general de Gipuzkoa por Bildu
Martin Garitano Larrañaga (Bergara, 1963) dispone de 23 votos –sólo tres menos que la mayoría absoluta– para ser mañana diputado general de Gipuzkoa. Su equipo está cerrado casi al completo y Bildu llega con una nueva agenda política en la que destaca el convencimiento de que «todas las instituciones» deben impulsar el proceso en marcha para que avance con celeridad y superando todos los obstáculos. Presos y víctimas, por ejemplo, están entre sus planes de actuación.
Ramón SOLA | DONOSTIA
La sesión de mañana de las Juntas Generales de Gipuzkoa está destinada a abrir otra época. El periodista Martin Garitano se prepara para asumir el cargo que le ha dado la contundente victoria de Bildu. Y lo hace consciente de que esos votos muestran el apoyo social a un proceso de paz y soluciones políticas. Un proceso que, en consecuencia, la Diputación impulsará.
¿Qué se siente Martin Garitano a día de hoy: todavía candidato a diputado general o ya diputado general «in pectore»?
Candidato a diputado general, con bastantes posibilidades de empezar a ejercer el cargo desde la semana siguiente. La ciudadanía de Gipuzkoa lo ha señalado así y sabemos que el programa que tenemos cubre perfectamente las necesidades de Gipuzkoa. Estamos animados.
¿Hay margen para la sorpresa todavía? Porque hay que recordar que Rubalcaba instó a que no gobernara «quien no tiene que gobernar»...
Quien no tiene que gobernar es quien no ha ganado las elecciones. Cierto margen para la sorpresa siempre queda hasta el último momento, pero creemos que tanto la responsabilidad política de los partidos de la oposición como un cálculo inteligente de cuál sería el resultado de una maniobra artera de última hora hacen pensar que no va a suceder otra cosa. Pero, de cualquier modo, mantengamos la prudencia.
Durante la campaña electoral Bildu se veía con opciones de ganar en Gipuzkoa, pero también daba por seguro que PNV y PSE se unirían para desbancarle. ¿En qué momento y por qué empieza a cambiar este guión?
La misma noche del 22-M, a la vista de los resultados electorales. La composición de las Juntas [Bildu 22, PNV 14, PSE 10, PP 4, Aralar 1] hacía improbable que la segunda y la tercera fuerza se unieran para desbancar a la primera, aunque fuera aritméticamente posible e incluso legítimo según el juego parlamenta- rio. La diferencia es muy abismal. Si tenemos en cuenta además que es la segunda vez que Markel Olano pierde las elecciones, aunque haya gobernado la legislatura anterior, con esa diferencia de 22 a 14 su grado de legitimidad social iba a quedar bastante tocado.
¿Cuántas veces se han reunido con PNV y PSE, y cuál ha sido el tono de esos contactos?
Ha habido dos reuniones oficiales; contactos, bastantes más. El tono ha sido absolutamente correcto, e incluso cordial en las relaciones personales. También absolutamente correcto desde el punto de vista político, de contraste de programas. Hemos constatado las diferencias, pero también los puntos en que podemos encontrar acuerdos. Desde mi inexperiencia en este terreno, he comprobado que las cosas son bastante más normales de lo que suelen aparecer en los medios.
El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, decía recientemente que PNV y PSE les han dicho que no recurrirán a una estrategia de boicoteo. ¿También en su caso?
Sí, sí, lo mismo. La actitud de Aralar también ha sido positiva. Con el PP no hemos hablado, lamentablemente, pero confiamos en que no haya una actitud obstruccionista. Hicimos una oferta democrática y generosa para la Mesa de las Juntas, para que todos estuvieran representados. Así lo entendió el resto, y creo que es una buena forma de empezar la legislatura.
A tenor de la última rueda de prensa de Bildu de Gipuzkoa, ¿están más cerca del PNV que del PSE? Y, ¿ésta es una pauta generalizada en Bildu?
No diría tanto. A la hora de aplicar nuestro programa hay aspectos en los que vamos a coincidir mucho más con el PNV, pero hay otros en los que, aunque durante un tiempo más convulso haya parecido imposible, vamos a confluir con el PSE, sobre todo en materia social. Si antes eso parecía no imposible pero sí muy difícil, ahora será difícil, pero no tanto.
¿Qué tanto por ciento de su equipo está completado, y qué experiencia tiene?
Está prácticamente cerrado. Algunos se quedarán sorprendidos, pero es gente con experiencia, tanto en lo profesional co- mo en la política y en el gobierno de instituciones.
¿El resto de partidos va a tener parte en la gobernabilidad?
Contamos con que Aralar quiera participar. Nuestra idea es trabajar no «frente a» los partidos, sino «junto a» ellos.
Han dicho que su prioridad es, además de la crisis, impulsar el proceso de búsqueda de paz y normalización política...
Ese proceso está en marcha, es imparable y la sociedad lo ha percibido así: los resultados de Bildu lo prueban. Creemos que todas las instituciones -desde los ayuntamientos a las diputaciones, al Gobierno Vasco y al navarro- deberían colaborar para que ese proceso avance, y avance más rápido que despacio. Y que también lo hagan la Universidad, las cámaras de comercio, el resto de agentes sociales y económicos... Todo puede ralentizarse en un momento determinado, y hay que darle impulso. Creemos que hay que contribuir a crear una cultura de la normalidad política.
Empiezan a crearse polémicas artificiales sobre las instituciones gobernadas por Bildu, como la de los escoltas. ¿Le preocupa que se ponga la lupa sobre todo lo que hacen?
No me preocupa si se atiende al sentido común. Esa polémica no tiene ni pies ni cabeza porque los escoltas no entraban a los ayuntamientos ni cuando el PSE gobernaba en algunos de ellos. No hay más, todo lo demás no pasa de ser una provocación.
¿En Gipuzkoa es más factible tomar iniciativas de normalización política, por la relación de fuerzas y también por la actitud de los partidos? ¿Sería más fácil, por ejemplo, abrir un diálogo multipartito?
Si atendemos a la tradición de los partidos en Gipuzkoa, sí. Es más fácil comunicarnos y concertar con el PSOE en Gipuzkoa que en Bizkaia. También en el PNV hay una sensibilidad especial en Gipuzkoa. Pero todavía no hay iniciativas concretas, estamos empezando a manejar la situación.
Casi un 40% de los miembros del Colectivo de Presos y Presas Políticos Vascos son guipuzcoanos. ¿Esta cuestión está en su agenda?
Sí, los presos están en nuestra agenda, y no sólo los guipuzcoanos, sino todos. Que en una sociedad de tres millones de habitantes haya 700 presos políticos es uno de los síntomas más nítidos de la anormalidad política. También lo es que haya concejales que necesiten escolta. Por eso queremos que el proceso avance a más velocidad que la que tiene ahora, que cese el acoso político a la izquierda abertzale, que se legalicen todos los partidos, que no haya presos políticos ni políticos presos.
¿La cuestión de las víctimas es una patata caliente para Bildu cuando llega a este cargo?
No, en absoluto. Lo entendemos como una situación que hay que resolver, con honradez y con mucha dosis de sinceridad. En este país se ha sufrido mucho y se sigue sufriendo mucho, y queremos contribuir a paliar ese sufrimiento. Hay situaciones que no tienen vuelta atrás, pero sin duda desde las instituciones se puede contribuir a paliar ese dolor.
¿Han analizado qué sobra en el organigrama de Diputación? ¿Habrá medidas de austeridad?
Bildu ha apostado por incidir en el ámbito fiscal. A la recepción que organizaron acudieron representantes empresariales y del espacio financiero, ¿cómo se lo tomaron?
¿Va a haber una actuación concertada con los ayuntamientos de Bildu? Por ejemplo, con el de Donostia en el caso de la incineradora, o con los del entorno de Pasaia frente al proyecto de puerto exterior...
¿Ha pensado qué relación articular con el resto de diputaciones? Podría incluso darse el caso de que Gipuzkoa sea de Bildu, Bizkaia del PNV y Araba del PP...
Si se convierte en diputado general, ¿cómo le gustaría que fuera Gipuzkoa en 2015, al final de su mandato?