Maite SOROA | msoroa@gara.net
Una provocación y poco más
Ayer lo explicaba con meridiana claridad Iñaki Iriondo en estas mismas páginas y me lo ratificaba después un amigo de Andoain que dice estar aburrido de ver a los escoltas del anterior alcalde... fuera del Ayuntamiento. O sea que todo es una mera provocación, una escandalera de artificio.
Y en la prensa del unionismo furioso el asunto ha anidado.
Ayer el editorialista de «Abc» se esmeraba para hinchar el globo: «La maniobra de intentar acobardar a los ediles de PP y PSOE parece evidente, como también lo es, así las cosas, la necesidad de que el Gobierno vasco comience a desplegar en esos consistorios ertzainas para vigilar la seguridad de los concejales dentro del edificio. Si en la calle están protegidos, dentro también han de estarlo. El pedigrí proetarra y violento de Bildu no deja motivo a prueba de confianza alguna». Pues sí que el pedigrí de los de «Abc» anima a la confianza...
También el inefable Eduardo Uriarte, en «El País», se sumaba al coro y, sin preámbulos, insultaba a la ciudadanía de Andoain, la misma que ha elegido alcaldesa: «sigue sirviendo para entronizar un proyecto político que se ha servido, y se sirve, del terror». Supongo que hay materia para una querella. Y en su escalada hacia el estrambote, Uriarte roza el patetismo: «Supongo que es terror lo que hoy padecen los concejales amenazados, no sólo los de Andoain, sino Carlos García en Elorrio. En el fondo, todos los que no comulgamos con la Euskal Herria nacionalista lo sentimos de nuevo ante la dimensión del gesto de la alcaldesa de Andoain». No me digan que no es como para echarse a llorar.
Pero Eduardo Uriarte llega más lejos y encuentra culpables: «El Tribunal Constitucional acaba de cometer una irresponsabilidad no por permitir el ejercicio de un derecho fundamental a unas personas, sino porque, al autorizarlo, se lo empezaba a arrebatar al resto de los ciudadanos». O sea que para que Uriarte y los suyos disfruten de su derecho al voto, hay que negárselo al resto. Así cualquiera gana unas elecciones, ¿no les parece? Será que las vascas y los vascos han dado la espalda de forma sistemática a todos los proyectos de Uriarte.