La OTAN, criticada por la muerte de civiles, admite haber perdido un helicóptero en Libia
GARA |
La OTAN, acusada por el régimen libio de provocar la muerte de 24 civiles en 48 horas de bombardeos, lo que suscita críticas internacionales, reconoció ayer haber perdido un helicóptero no tripulado que efectuaba misiones de inteligencia sobre Libia, aunque negó que hubiese sido derribado, tal y como aseguró Trípoli.
La televisión estatal libia difundió unas imágenes de la carcasa del aparato, que identificó como un Apache, derribado en Zliten, a 160 kilómetros al este de la capital y a 40 al oeste de Misrata. Posteriormente funcionarios de Defensa estadounidense informaron de que el aparato era en realidad un Fire Scout, un nuevo tipo de avión no tripulado norteamericano.
La aeronave quedó por la mañana sin comunicación con la base cuando llevaba a cabo tareas de vigilancia y reconocimiento para controlar la actividad de las fuerzas que apoyan al líder libio Muamar al-Gadafi.
La OTAN comenzó a utilizar en las últimas semanas helicópteros de combate proporcionados por el Estado francés y Gran Bretaña para intensificar sus operaciones contra el régimen de Gadafi.
La pérdida de este aparato se produce cuando la operación militar de la OTAN en Libia está siendo criticada tras la muerte de una treintena de civiles en sólo 48 horas de bombardeos sobre Surman y Trípoli, según el régimen Libio. El lunes, la OTAN llevó a cabo un ataque aéreo en Surman, 70 kilómetros al oeste de Trípoli, que provocó, según las autoridades, 21 muertos civiles, entre ellos ocho niños. El objetivo, alcanzado por ocho misiles, fue la residencia de Juildi Hmidi, que formaba parte del consejo de mando de la revolución de 1969 que llevó a Gadafi al poder, informó AFP.
La OTAN dijo haber lanzado un «ataque de precisión» en Surman contra «un centro de mando y de control de alto nivel».
Entre los fallecidos el lunes por la tarde en Trípoli figuran cuatro miembros de una familia palestina, informó ayer la Autoridad Palestina. La familia, que se trasladó a Trípoli hace un lustro tras residir durante años en un campo de refugiados en Siria, perdió la vida a consecuencia del impacto en su vivienda de una bomba lanzada desde el aire por un aparato de la OTAN.
Un periodista de AFP, llevado al lugar junto con otros corresponsales extranjeros, vio varios edificios destrozados. Luego fue conducido al hospital de Sabratha, a diez kilómetros de Surman, donde vio nueve cadáveres, entre ellos los de dos menores, y pedazos de otros cuerpos, incluido el de otro niño.