Los incidentes registrados en Belfast durante la noche del lunes y que enfrentaron a unionistas y republicanos concluyeron con dos personas heridas de bala, según un balance policial de los peores enfrentamientos registrados en años.

Unas 500 personas con la cara tapada arrojaron ladrillos cócteles molotov, piedras, bombas de pintura, bombas de humo, pelotas de golf y fuegos artificiales contra viviendas de Short Strand, un enclave de viviendas de familias nacionalistas en el este de Belfast, donde la mayoría de los residentes son unionistas.

Estos hechos se producen al comienzo de una época de marchas anuales de unionistas en el norte de Irlanda que suelen desencadenar protestas por parte de los católicos, pero que en los últimos años no habían dado lugar a enfrentamientos tan graves.

Colm McKevitt, miembro del Parlamento regional por el SDLP, declaró a la cadena de televisión pública RTE que no recuerda «que en la última década se haya producido una situación como ésta en Short Strand».

El ataque afectó a varias viviendas y una iglesia, un centro de ancianos resultó parcialmente incendiado y dio lugar a un intercambio de disparos..

«Planificado»

Los políticos de cada una de las comunidades acusaron a agitadores de la otra parte de generar la violencia. Sinn Féin afirmó que en los enfrentamientos participaron hasta cien miembros de la Fuerza Voluntaria del Ulster.

El alcalde de Belfast, O Donnghaile (Sinn Féin) aseguró que «no hay duda de que esto fue provocado y cuidadosamente orquestado y planificado contra la zona, las casas han sido atacadas con bombas incendiarias, bombas de pintura, ladrillos y pelotas de golf, vi lo que pasó...»-

La Policía, que intervino con granadas aturdidoras para tratar de contener los combates, dijo que dos hombres se encuentran hospitalizados por los disparos los enfrentamientos entre los unionistas.