Tal y como la oposición al TAV lleva denunciando, ya llegan los recortes sociales básicos a gran velocidad. Resulta que nos van a imponer el TAV a golpe de cierre de ambulatorios los fines de semana, a fuerza de mantener larguísimas listas de espera para operaciones, restricciones en medios, dotaciones y en formación sanitaria. Resulta que hay dinero para llegar media hora antes a Madrid y para el Centro de Atención a la Mujer de Tutera nos dicen que no hay recursos. Dentro de cinco años, o menos, vamos a tener que pagar por la atención sanitaria. Eso sí, gracias al TAV, como dicen algunos, ya no estaremos aislados ni de España ni de Europa. Ni que Nafarroa fuese una isla en medio del océano. Todo vale para el TAV, aunque sea a costa de arruinar el maltrecho estado de bienestar actual.