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Con «Confucio» China recupera la figura de su más grande filósofo

Al público occidental ya no le sorprente tanto la grandeza y la espectacularidad del cine chino, pero «Confucio» es una película de especial significado, a través de la cual las autoridades del país envían al mundo un mensaje de reivindicación oficial de su pensador más universal, tras el ostracismo al que se vio sometido durante el maoísmo. El gigante asiático se puede modernizar, pero sin olvidar los valores tradicionales que son el sostén de su milenaria cultura.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

«Confucio» no tiene nada que envidiar a las superproducciones de Hollywood en su lujosa puesta en escena, con la diferencia de que en el fondo es una humilde producción china que tan sólo ha costado 22 millones de dólares. Tradicionalmente, el gigante asiático contaba con el potencial humano para las secuencias de masas, pero hoy en día resuelven las espectaculares escenas bélicas mediante imágenes generadas por ordenador. Y en esta película sobre un genuino representante de la meditación también las hay porque, a Kong Qiu, que ese es su verdadero nombre antes de ser latinizado, le tocó vivir una época de sanguinarias guerras territoriales.

La película, en su versión original completa, dura dos horas pasadas, pero aún así se hace corta. A nada que la versión doblada que se estrena en nuestros cines sufra algún recorte por parte del distribuidor, esa escasez de duración se va a hacer notar más si cabe. «Confucio» solamente abarca la etapa final de la vida de Kong Qiu, concretamente sus últimos veinte años, desde que cumple los 50 hasta su muerte a la edad de 73 años. No pretende ser, por tanto, una biografía completa. Es una visión muy resumida, pero suficiente para lo que la película pretende, que es reflejar la China del siglo V antes de Cristo.

El contexto histórico está muy bien enmarcado y, dentro de él, Kong Qiu es retratado sin ninguna grandilocuencia. El actor de fama internacional Chow Yun-Fat hace una interpretación adecuadamente modesta, transmitiendo una paz interior. Ahora bien, la visión de su pensamiento es externa, sin profundizar demasiado. Sus ideas son reflejadas a través de la influencia que tienen en los demás, ya que son difundidas por sus discípulos.

El maestro y la concubina

La realizadora Hu Mei ha querido que «Confucio» sea simplemente el retrato de un hombre bueno y sabio. Un objetivo que se ve favorecido por el hecho de que Kong Qiu fuera agnóstico, lo que le impide ser visto como una figura mesiánica. La ausencia de religiosidad, acorde con una época trágica de esclavitud en la que el pueblo no veía redención posible, sitúan al filósofo en su vertiente real de maestro fundador de una escuela de ética.

Los códigos éticos manejados por Kong Qiu no son únicamente teóricos, sino que se reflejan en la práctica de un hombre honesto que lucha contra la corrupción moral de los gobernantes. Respetuoso de las tradiciones, es dado a saludar arrodillándose e inclinando la cabeza con las manos entrelazadas a la altura de la cabeza. Dicho saludo tradicional es repetido a lo largo de la película, la cual adquiere un aire ceremonioso, que es en lo único que se le puede equiparar con las producciones bíblicas de Hollywood.

En un tiempo dominado por los hombres, la realizadora Hu Mei remarca la apertura mental del protagonista ilustrando su buen trato, de igual a igual, con una mujer muy señalada. Se trata de la concubina del reino de Wei, adelantada a su época y de gran influencia en la política de aquella parte de China. Interpretada con fuerza por la actriz Zhou Xun, vista en «Balzac y la costurera china», representa a una mujer que, sin embargo, no alcanza todavía el poder suficiente para colocar a Kong Qiu en el puesto que se merece.

La incertidumbre de lo que pudo ser y no fue introduce el debate sobre los frustrados intentos de Kong Qiu por aplicar sus teorías de armonía y civilización al gobierno de la China de la dinastía Chou, pero no consiguió ser profeta en su tierra y se vió condenado a un éxodo que le alejó del reino de Lu en el que nació y que se corresponde en la actualidad con la provincia de Shandong. Le temían por ser también un gran estratega.

SUS ÚLTIMOS 20 AÑOS

«Confucio» sólo abarca los últimos 20 años de la vida de Konh Qiu. Es una visión muy resumida pero suficiente para lo que la película pretende, que es reflejar la China del siglo V antes de Cristo.

Estreno

T.O.: «Confucius».

Dirección: Hu Mei.

Guión: Hu Mei.

Intérpretes: Chow Yun-Fat, Zhou Xun, Chen Jianbin, Zhang Xingzhe.

Fotografía: Pau Peter.

Música: Su Cong.

País: China, 2009.

Duración: 125 m.

El regreso de Chow Yun-Fat al cine chino

El actor Chow Yun-Fat fue una pieza clave en la industria cinematográfica de Hong Kong en los años 80, protagonizando las películas de cineastas tan pujantes internacionalmente como John Woo, Ringo Lam y Johnnie To. En la década siguiente dio el salto a Hollywood, donde sus papeles más destacados han sido de aspecto oriental, no digamos ya en el éxito de Ang Lee «Tigre y dragón». Zhang Yimou lo recuperó para el cine chino hace cinco años con «La maldición de la flor dorada». Allí, acaba de rodar con Jiang Wen una historia de mafias chinas en los años 20, que será distribuida como «Let The Bullets Fly». Mikel INSAUSTI

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