El consejero delegado de Metro Bilbao, Iñaki Prego, convocó ayer tarde al comité a una reunión para comunicarle «formalmente» que la compañía aceptaba las demandas recogidas en un pasquín repartido el miércoles entre los usuarios de este transporte, siempre que se desconvocasen los paros previstos para las próximas semanas.

En dicho panfleto, se exigía el mantenimiento de la actual plantilla y que ésta se vaya ampliando en función de las nuevas inauguraciones de estaciones, en Basauri este año y Kabieces en 2012.

El punto de partida, según Prego, sería la plantilla actual, compuesta por 158 conductores y 173 supervisores, y no se contemplaría negociar ningún aspecto salarial. «No reivindicamos dinero, no estamos pidiendo ni un solo euro», decía el pasquín repartido el miércoles entre los usuarios del suburbano.

Prego aseguró que la empresa está dispuesta a firmar «ya mismo» ese «documento» y confió «en que nadie se desdiga después de lo que dice ese pasquín», porque «estarían engañando» no sólo a la empresa sino a la sociedad vizcaína.

Sin embargo, el comité, según fuentes sindicales, considera que la postura de la empresa en la reunión de ayer fue «poco concreta», llena de generalidades y sin «una oferta seria».

Las fuentes recalcaron que el contenido del escrito distribuido el miércoles «se podía interpretar de una manera o de otra» e insistieron en que la única propuesta de la empresa «es que la asamblea de trabajadores decida la plantilla que da por buena», algo que «no hay por dónde coger».

Así las cosas, los trabajadores de Metro Bilbao están llamados a participar en una nueva asamblea el próximo lunes en la que se decidirán las actuaciones futuras. Entretanto, la presidenta de la compañía, Loly de Juan, hizo un llamamiento a las partes para recuperar la imagen del metro, que, según consideró, se está viendo deteriorada por este conflicto.