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«El fin es mi principio» para conversar entre padre e hijo

Una coproducción germanoitaliana lleva a la pantalla el best-seller homónimo que recoge las últimas conversaciones entre el reportero Tiziano Terzani y su hijo Folco, interpretados en la pantalla por Bruno Ganz y Elio Germano, sobre el bello fondo paisajístico de la Toscana.
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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Hay contenidos que funcionan mejor en letra impresa que en imágenes, algo que sabían muy bien los productores de la adaptación cinematográfica de «El fin es mi principio», conscientes de que la película nunca podrá tener tantos espectadores como lectores ha tenido el libro. Pero no por ello renunciaron a llevarla al cine, siempre y cuando contaran con un actor fuera de serie, de los que no cansan ni recitando textos. Ni qué decir tiene que Bruno Ganz salva la película, y se basta él solito para mantener viva la atención del público que acude a la sala de proyección, independientemente de que conozca o no la obra literaria.

Tres años en el Tibet

Bruno Ganz está inmenso sobre el fondo de los bellos paisajes de la Toscana, haciendo que su voz resuene en medio del silencio. Su interpretación transmite toda la sabiduría acumulada por un hombre a lo largo de su intensa vida viajera, pero cuyas dudas finales le llevaron a reandar el camino a la búsqueda de respuestas definitivas.

Emula a un Tiziano Terzani que estuvo presente en los conflictos mundiales más decisivos de la segunda mitad del siglo XX, sobre todo en los asiáticos, bien fuera en Vietnam o en Camboya. Lugares desde los que envió artítulos polémicos para el diario italiano «Corriere della Sera» o para el alemán «Der Spiegel». Cuando le fue diagnosticado un cáncer terminal prefirió, sin embargo, retirarse tres años al Himalaya para meditar.

Fruto de esas meditaciones nacen las conversaciones con su hijo Folco, al que quiso transmitir en su casa de la Toscana toda su experiencia vital pero, sobre todo, su actitud serena ante la muerte, entendida como parte esencial de su propio destino.

El realizador televisivo Jo Baier, conocido por la telemovie «Stauffenberg», en la que se inspiró Tom Cruise para su personaje de «Valkyrie», aprovecha la austeridad inherente al medio del que procede para buscar unas soluciones visuales igualmente simples. Renuncia a los flash-backs y a cualquier intención de ilustrar el pasado rememorado por el protagonista, pese a lo atrayente que podía resultar la idea de revisitar los exóticos lugares que visitó. Prefiere posicionar a Tiziano en el aquí y el ahora, como forma de transmitir el concepto de que su mundo está allí donde se encuentra, y de que los conocimientos adquiridos van con él. La emoción que contagian sus palabras la percibe el espectador a través de Folco, toda vez que el hijo hace de receptor y transmisor. Esa situación se produce en la casa familiar de la Toscana, y no tendría sentido en otro sitio ni en otro tiempo distintos. Es la esencia de un cine discursivo que contradice la creencia de que una imagen vale por mil palabras.

Estreno

Título original: «Last Night».

Dirección: Massy Tadjedin.

Intérpretes: Keira Knightley, Sam Worthington, Eva Mendes, Guillaume Canet, Griffin Dunne.

Música: Clint Mansell.

Montaje: Susan E. Morse.

País: EEUU, 2010.

Duración: 92 m.

Estreno

Título original: «Das ende ist mein anfang». Dirección: Jo Baier.

Intérpretes: Bruno Ganz, Elio Germano.

País: Alemania-Italia, 2010.

Duración: 94 m.

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