Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
Hay un Herodes en la Academia
Alex de la Iglesia le gustan los payasos y los niños, por lo que nunca habría tomado durante su mandato al frente de la Academia de Cine ninguna medida contra los actores y actrices infantiles. El nuevo presidente Enrique González Macho les niega ahora la posibilidad de recoger un Goya, argumentando que el ingreso en la institución que conlleva al premio es mucha responsabilidad para un menor.
Menos mal que tan desafortunada norma no tiene aplicación retroactiva, porque de ser así ya me veo a Andoni Erburu devolviendo la estatuilla ganada con tanto mérito a las órdenes de Montxo Armendariz. O las que, más recientemente, se han llevado los catalanes Francesc Colomer y Marina Comas por su destacada interpretación en «Pa negre».
Sus carreras no serían lo mismo sin el Goya y, si no, que se lo digan a Juan José Ballesta, al que su tempranero papel en «El bola» hizo famoso. Ivana Baquero, la niña de «El laberinto del Fauno», tampoco estaría ahora rodando en Hollywood.
Ninguna medida discriminatoria es buena, y menos en el cine, donde hay papeles para todas las edades. Al igual que a un intérprete no se le puede dar de baja de la Academia cuando llega a la jubilación, tampoco parece lógico impedirle que entre en ella antes de cumplir la mayoría de edad.
Da la impresión de que en tiempos de crisis los adultos de la profesión tienen miedo a que unos mocosos les roben el protagonismo, pero si esos principiantes más bajitos actúan mejor que ellos tienen todo el derecho del mundo a llevarse los premios que hagan falta.