«Resacón en Las Vegas» fue el bombazo en el 2009, al recaudar cerca de 500 millones de dólares en todo el mundo cuando sólo había costado 35. Para la segunda parte se ha contado con un mayor presupuesto, rodaje en Bangkok, y subida de sueldos para el director y los actores. El equipo artístico no defrauda, depurando y complicando la fórmula Todd Phillips hasta extremos delirantes. Este genio del humor gamberro ha revolucionado la comedia de acción, introduciendo en ella elementos experimentales extraídos de «Memento», la película de Christopher Nolan que cambió el thriller sicológico para siempre a base de alteraciones temporales y una inversión de la cronología narrativa.

En su día Stanley Donen rompío con «Dos en la carretera» los esquemas de la road-movie con una comedia de vanguardia, y lo que hace Todd Phillips con el modelo de comedia acuñado por Martin Scorsese en «¡Jo, que noche!» es una operación de similares características.

La resaca es tomada de nuevo como elemento distorsionador del sentido del tiempo, ya que el trío estelar se vuelve a despertar tras una noche de juerga sin recordar nada de lo ocurrido, con el añadido de que ahora se encuentran en un lugar desconocido, en un mugriento motel de Bangkok. A partir de unas pocas pistas, reducidas a un análisis de los restos de una noche loca, deberán averiguar lo que sucedió y reconstruir los hechos a través de un duro proceso mental. La investigación les lleva a revivir el caos nocturno, con personajes y situaciones de pesadilla. Encima deben resolver el enigma contra el reloj, porque a uno de ellos les espera su novia tailandesa para casarse.