Las prisas de Obama por salir de Afganistán inquietan al Pentágono
Las prisas del presidente de EEUU, Barack Obama, por salir de Afganistán, más por motivos de política interna que por avances en el terreno militar, han suscitado la preocupación del Ejército. Obama anunció la retirada de 33.000 soldados antes de setiembre de 2012, medida que tanto el jefe de Estado Mayor, Michael Mullen, como el general David Petraeus habían desaconsejado aunque ahora la apoyan.GARA |
«La decisión del presidente va más lejos y comporta más riesgos de los que estaba dispuesto a aceptar al principio», indicó el jefe de Estado Mayor, Michael Mullen, ante el Congreso de EEUU, al día siguiente de que Barack Obama anunciara la retirada de 33.000 hombres hasta verano de 2012.
En un discurso pronunciado desde la Casa Blanca, Obama pidió la repatriación este año de 10.000 de los aproximadamente 99.000 soldados actualmente in situ. «Estamos al principio pero no al final de nuestros esfuerzos para terminar esta guerra», afirmó Obama, cerca de dos meses después de la eliminación del líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden.
Casi 10 años después del inicio de la intervención que expulsó a los talibanes del poder, Obama declaró que hay razones para pensar que se pueden hacer progresos en las conversaciones con los talibanes con vistas a una solución política» y afirmó que los documentos recuperados en la vivienda de Bin Laden ponen de manifiesto que Al-Qaeda «sufre enormemente y es incapaz de sustituir eficazmente» a sus altos dirigentes.
Al anunciar el principio de la retirada de sus fuerzas a partir del próximo mes, Obama opta por un calendario más rápido que el preconizado por sus comandantes, pero que dejará aún a más de a 65.000 soldados americanos en Afganistán, antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2012.
En cambio, el jefe de Estado Mayor destacó en la Comisión de la Defensa del Congreso que «tener aún más tropas y mucho más tiempo sería sin duda alguna la vía más segura. Pero esto no constituye necesariamente la mejor vía». Por su parte, la subsecretaria de Defensa Michele Flournoy recordó que en realidad el número de soldados americanos que permanecerían en Afganistán después del verano de 2012 «es el doble del número que estaban presentes cuando Obama asumió el cargo de presidente. Claramente, esto no constituye una avalancha hacia la salida que vaya a poner en peligro nuestras victorias».
De hecho, ante la recuperación de terreno por parte de los talibanes, Obama había ordenado a finales de 2009 un envío adicional de 33.000 soldados, la misma cifra que retirará.
Política interna
En la decisión de Obama han pesado sobre todo criterios políticos sobre la situación interna en EEUU, admitió el secretario de Estado de Defensa, Robert Gates.
El 56% de sus ciudadanos están a favor de la retirada, según un sondeo publicado el martes, y los recortes presupuestarios también suponen un argumento relevante para aligerar una intervención que cuesta 10.000 millones de dólares al mes.
El jefe de las fuerzas internacionales en Afganistán, el general David Petraeus, participó «con energía» en estos debates y prefería alargar las presencia de tropas pero no fue apoyado por el presidente, reconoció Gates. La retirada no disipa las dudas sobre la capacidad del Gobierno afgano y sus fuerzas de seguridad de gestionar la seguridad del país en 2014 ni consolida las relaciones, cada vez más tensas entre Kabul y Washington.
El presidente afgano, Hamid Karzai, saludó como una «buena medida» el anuncio de retirada. Por el contrario, los talibanes consideraron la medida «un acto solamente simbólico que no satisfará ni a la comunidad internacional ni al pueblo americano, cansados por la guerra». Insistieron en que sólo una retirada inmediata de Afganistán de todas las fuerzas internacionales permitirá poner fin al conflicto y anunciaron que aumentarán la intensidad de sus acciones.
Una cuarta parte de los diputados del Parlamento de Afganistán perderá sus escaños y serán juzgados al considerar un tribunal especial que cometieron fraude en las elecciones legislativas de setiembre. Las prácticas de fraude se registraron en 33 de las 34 provincias afganas.
Cinco estudiantes murieron el miércoles mientras manipulaban unos misiles en la provincia de Wardak, en el centro de Afganistán, para dispararlos contra unas oficinas de la Administración. En la provincia de Kandahar, dos policías fronterizos perdieron la vida en un bombardeo aéreo de las fuerzas de la OTAN.
El anuncio de EEUU sobre el comienzo de la retirada gradual de sus tropas de Afganistán fue acogido de forma positiva por sus socios internacionales, que pese a ello mantendrán mayoritariamente sus actuales planes de repliegue.
El único en sumarse directamente a la iniciativa de Washington fue el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien anunció una retirada de tropas de Afganistán «de manera proporcional y con un calendario comparable» a Estados Unidos. Sin embargo, no ofreció cifras ni fechas concretas sobre el comienzo del repliegue de los casi 4.000 militares que tiene destacados en Afganistán.
Alemania ha sido por ahora el único país que ha anunciado una primera retirada ya para este año, mientras que los demás aliados en esta operación internacional se reafirmaron en sus planes de comenzar en 2012. Con casi 5.000 soldados Alemania es, después de EEUU y Gran Bretaña, el tercer país con el mayor contingente en Afganistán.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, quitó hierro al anuncio de Obama, al recordar que EEUU no hace más que regresar a la situación anterior a 2009. GARA