Martin GARITANO Periodista y diputado general de Gipuzkoa
Me voy por algún tiempo
Nunca he aprendido a despedirme. Tal vez porque sea más cómodo desaparecer del escenario con la discreción de un actor secundario que hacerle frente a la mirada, siempre triste, de quien se queda. Supongo que en algún tratado de psicología se explicará esta reticencia a partir de algún trauma infantil, una mala experiencia en la adolescencia o, simplemente, por cobardía.
Pues no. Ni lo uno ni lo otro. No me gusta despedirme porque me da pena. Es así de sencillo.
Por eso estas líneas están escritas con pena. Porque 27 años de cita puntual con las lectoras y los lectores son muchos años. Más de la mitad de mi vida, por ser precisos.
Más de cinco lustros dedicados en cuerpo y alma a informar y opinar. Más de media vida desnudando el pensamiento propio y tratando de interpretar el ajeno es mucho tiempo, muchas experiencias, muchísimas satisfacciones y también algún disgusto.
Hoy me toca despedirme de ti -permíteme que, a estas alturas, te tutee- por algún tiempo. Otras tareas me reclaman y también en esa nueva encomienda quiero entregar lo mejor de mi trabajo.
A partir de hoy no me encontrarás en la redacción de GARA o en los estudios de Infozazpi Irratia, pero no te costará localizarme en la Diputación de Gipuzkoa. Además, la puerta está abierta y sólo hace falta tocarla con educación. Como en casa.
Tampoco soy amigo de la nostalgia, pero resulta imposible no sentirla en un momento como éste.
Nostalgia de aquellos años de sobresalto y juventud en «Egin»; recuerdos imborrables de los días luminosos en «Euskadi Información»; la maravillosa aventura de GARA... y, además, la gente. Los lectores, las compañeras y compañeros (los que se quedan y a los que se llevaron), los oyentes...
Una gran familia, en definitiva, a la que uno siempre se ha sentido unido.
En los buenos momentos, pero también en los malos. En esos se conoce bien a la gente.
No me alargo más, que tengo mucho trabajo por hacer. Me voy por un tiempo, pero amenazo con volver. Ya conozco el camino.
¡Ay ama, qué difícil es despedirse!