El PNV no trató de disputar la elección como diputado general a Bildu. Cuando el partido que queda segundo presenta candidato, se supone que busca arrebatarle la primacía al ganador y, para ello, necesita la búsqueda de acuerdos con otras fuerzas. En esta ocasión -pese al «junio va a ser muy largo» que declaró hace unas semanas Joseba Egibar- no parece que haya habido intento alguno de buscar mayorías ni hubo tampoco ofertas de última hora en las intervenciones del pleno. Markel Olano se limitó a exponer algunos principios políticos generales y hacer un catálogo de sus pro- puestas para dar continuidad a la legislatura anterior.

El PNV defendió su apuesta por no entrar en el pacto de excluir a Bildu que habían propuesto PSE y PP, y lo hace desde el recuerdo de lo ocurrido hace dos años en el Parlamento de Gasteiz, donde ambos partidos se unieron para desalojar de Ajuria Enea a Juan José Ibarretxe, el candidato más votado. A esto añadió que las prácticas de exclusión, herederas de la política de ilegalización de partidos, son posiciones de pasado que quedaron definitivamente enterradas el 22 de mayo.

En un discurso con propuestas más o menos previsibles, llamó la atención que la mención de Markel Olano a «un nuevo modelo de hacer política, cercana a la ciudadanía», arrancara con una referencia al movimiento del 15-M. El candidato del PNV no quiso entrar al análisis de por qué había surgido este movimiento, pero lo considera «una expresión de la distancia entre la ciudadanía y la política».

Para acortar esta distancia, una de las propuestas del PNV es desarrollar la Plataforma de Innovación Democrática 2.0, una plataforma on line compartida por la Diputación y los ayuntamientos para fomentar la participación de la ciudadanía en la acción institucional.