El de Ubrike, Jesulín, instauró el guión entre sílabas como concepto filosófico que adquirió categoría de uso popular: Im-presionante fue su gloria. Pero Jesulín es torero, mediático, con muchas apariciones públicas en estados alterados. Su carrera la ha hecho saltando vallas de madera, enjuagándose la boca por la sequedad de los alberos, manchando trajes de luces con sangre animal, enamorando con su estoque y con su cuenta corriente. Su subida al parnaso de la sílaba independiente le ha durado el tiempo justo, hasta que ha aparecido el candidato Alfredo.

Decir con entusiasmo mitinero, con aura oficialista, como amenaza política e institucional, rama policíaca, que la respuesta a lo que ha dicho alguien de Bildu son dos palabras: no; ene, o, es una de esas filigranas lingüísticas que encierran una ideología, un proyecto, un impulso al refranero popular, una entrada en la academia de la idiocia por méritos propios, que merecen un busto en un ateneo. El candidato Alfredo es un trilero político, un mentiroso compulsivo, pero al menos se le otorgaba una supuesta capacidad química debido a la ingesta de mucho pollo Marañón. Se le conocía su tendencia a parafrasear a los cantantes de moda para sacarse de encima a la oposición, pero esta virguera facilidad de síntesis, de dominio del No, es algo que le hace ser todavía más temible para su único opositor de verdad: José Bono.

Y es que José Bono es un Silvio Berlusconi sin equipo de fútbol, pero con oficina de prensa. Un personaje que se retroalimenta. Que se pierde por un segundo de gloria televisiva, y que tuvo su unción como candidato a casi todo, yo diría que hasta al Nuncio de su Santidad en Madrid, en ese programa político que emite Tele 5 la noche de los sábados: «La Noria». ¡Qué a gusto está Bono delante de las cámaras! ¡Qué manera de hablar, de mentir, de manipular, de autoproclamarse el mejor, el más puro, el genuino! Este hombre sí que tiene dos palabras para definirlo. Bueno, yo diría que tiene muchos adjetivos por pares, pero para que no se nos caiga el pelo mucho más, mejor nos atamos los epítetos. Aviso para candidatos: José Bono está de promoción y es políticamente ecuménico.