Mal les deben ir las cosas a los del nacionalismo extremo hispano para recurrir a la vulgar trola como argumento político. Trola, por no decir algo más crudo. Ahora insisten en la trola de Andoain para sustentar un argumentario más débil que Robinsón Crusoe cuando llego exhausto a la playa.

Ayer en «El País», Jorge M. Reverte mentaba el veto a los escoltas armados en la casa consistorial de Andoain, sin contar que también en los años en que gobernó el PSOE los escoltas se quedaban en la puerta. Igual que en el Auntamiento que gobernaba Odón Elorza, en el Parlamento Vasco o en las Juntas Generales de los tres territorios de la CAV. Pero, claro, esa es la verdad y la verdad no interesa en estos tiempos y esos pagos.

Según Reverte «Bildu, y por tanto la alcaldesa de Andoain, todavía no ha pedido a ETA que se disuelva ni que deje de matar. Ni Bildu ni su organización antecesora han hecho ningún gesto que permita intuir que se pide perdón por las víctimas causadas por el terrorismo y aplaudidas por su entorno». Repasen la Declaración de Gernika y comprobarán que Reverte, simplemente, falta a la verdad. Pero va más allá en su chaladura. No se lo pierdan: «ETA no se ha disuelto, no ha anunciado que deja de matar. Entonces, ¿cómo se atreve la alcaldesa a asumir eso? Dado que no hay ningún nexo probado, según el Tribunal Constitucional, entre Bildu y ETA, no puede tener la menor seguridad de que no les va a pasar nada. O sea, que la asunción de responsabilidades queda, en realidad, en la nuca de los dos concejales a los que no se deja ser escoltados». Tengo para mí que es verdad que Bildu no es ETA, pero no es cierto que no se permita a los concejales citados ser escoltados. O sea, otra trola.

Vuelve sobre el argumento de los concejales de PP y PSE: «Asunción Guerra y José Luis Vela, como muchos otros cientos de demócratas españoles, reciben cada día noticias así. Quienes les amenazan por la calle pero ahora afirman que no quieren que les maten, gobiernan en una disparatada cantidad de municipios». Al final le sale la verdad: lo que realmente le desquicia es que el populacho vasco haya votado en una «disparatada» cantidad de ayuntamientos. Era eso.