«Alea iacta est». Tras más semanas y entrenamientos que nunca, Aimar Olaizola y Xala dieron ayer por concluida, al menos en lo que se refiere a entrenamientos en el frontón, su preparación de cara a la final que, salvo nuevo imprevisto, se jugará este domingo. Ha pasado ya un mes desde que ambos pelotaris disputaron su último partido en el Manomanista -Olaizola II jugó la semana pasada por parejas- e incluso para Xala, que hace tres semanas fue operado de apendicitis, la espera se está haciendo demasiado larga.

El lapurtarra acudió por la mañana al Bizkaia de Bilbo y lo hizo bajo la supervisión de los dos máximos responsables técnicos de Aspe, Jokin Etxaniz y Martín Alustiza, su botillero Aitor Zubieta y con Julen Retegi como sparring.

Al término de la misma, el pelotari de Lekuine reiteró que físicamente se encuentra muy bien e, incluso, cuando al principio se dudaba de si podría estar recuperado para el 3 de julio, declaró que «igual he tenido demasiado tiempo. Creo que el pasado fin de semana podría haber jugado. He estado tranquilito en casa y me hubiera gustado jugar algún partido».

Sin posibilidad de vestirse de blanco, el lapurtarra realizó un partidillo ante Julen Retegi, un buen especialista individual que le puso las cosas complicadas, pero la sesión también sirvió para practicar con pelotas arrimadas a pared izquierda y también probaron varios saques al ancho. Preguntado por si ésta sería un arma secreta para la final, Xala se limitó a responder que «es un recurso más que hay que tener preparado, según se den las cosas».

Entre las cualidades que Aimar Olaizola muestra tanto dentro como fuera de la cancha, una de las más subrayables es el saber estar en su sitio en cada momento y esta vez el de Goizueta ha vuelto a estarlo, mostrándose dispuesto a esperar a Xala el tiempo que hiciese falta y asimilando esta espera «como una cuestión de mala suerte» que se ha reconducido.

Aimar Olaizola, con chispa

El de Asegarce reconoció que posiblemente ésta sea la vez que más entrenamientos específicos haya realizado para una final pero, según se va acercando el día de la misma, sus sensaciones van siendo mejores. «Al principio del campeonato dijimos que habíamos tenido poco tiempo para entrenar pero desde entonces quizá he tenido hasta demasiado. Mi principal miedo era que quizá podría perder hasta la chispa que tenía, pero no ha sido así, estoy bien. Ha sido todo una cuestión de mala suerte con lo sucedido a Xala, se ha retrasado a este domingo y contentos por ello».

Como metódicamente ha venido haciendo durante las últimas semanas, el delantero navarro se ejercitó ayer en el Bizkaia junto a Stephane Lemuno, cuya elección negó se debiese a que sea el pelotari que más pueda parecerse a Xala por su gran juego de aire. «Este campeonato he entrenado mucho con él y me gusta mucho, juega mucho, en los entrenamientos lo da todo, es muy valiente, entra mucho de aire... Hoy en día casi todos los pelotaris juegan mucho de aire. Si juega lo que entrena, creo que es capaz de estar ahí arriba y por eso entreno con él».

En el caso del de Goizueta, al menos públicamente, no ejercitaron ningún apartado especial y tampoco quiso dar demasiada importancia a los saques al ancho probados por la mañana por Xala. «Él es zurdo y es una posibilidad que tiene. Como se busca tanto el aire en el resto, se suele ver y tiene esa opción», declaró Aimar Olaizola.