Una semana después de que salieran desde el aeropuerto de Barajas rumbo a Pakistán, unas gestiones en Islambad y un viaje por el bochorno, los desfiladeros y el cansancio de los autobuses por la Karakorum Highway, los alpinistas vascos Alberto Zerain y Juan Carlos Arrieta «Txingu» ya están por fin en el Campamento Base de la montaña desnuda, el Nanga Parbat.

Actualmente, la expedición vasca se encuentra a 4.500 metros de altura y su objetivo inmediato es estudiar la vía Kinshofer, la ruta clásica -a Alberto no le gusta la denominación «normal»- por la que realizarán su aclimatación a esta mole de 8.125 metros. Les acompañan en esta primera fase el montañero navarro Miguel Vicente. Desde la Kinshofer, Zerain y Arrieta tratarán de adivinar lo que les depara la complicada, sugerente e inexplorada vía de la arista Mazeno, 13 kilómetros sembrados de picos, 7 picos de 7.000 metros, el proyecto que ha llevado hasta allí a estos dos alpinistas vascos.

El objetivo de la expedición es coronar la novena montaña más elevada del planeta, por una vía inédita hasta la fecha, la arista Mazeno, sin oxígeno, sin sherpas, ni cuerdas fijas, ni campos de altura preparados.

En la ciudad de Bin Laden

En las primeras crónicas enviadas por Alberto Zerain desde el campo base, el montañero gasteiztarra da cuenta de las vivencias del viaje, incluyendo el encuentro con el montañero sueco Fredi, uno de los montañero que se encontraba atacando la cumbre del K2 en 2008, a la vez que el propio Zerain.

Asimismo, para su asombro, el montañero vasco cuenta que, entre las poblaciones visitadas en el camino, se desenvolvieron con soltura en la ciudad en la que hace apenas dos meses, soldados estadounidenses mataron a Bin Laden.