Tras las campañas del verdel y de la anchoa, llega el turno del bonito y del atún rojo, conocido también como cimarrón. La cofradía de pescadores de Hondarribia fue el marco elegido para la puesta de largo de estas dos pesquerías, que se prolongarán aproximadamente hasta finales de octubre o principios de noviembre.

Miren Garmendia e Iñaki Zabaleta, en representación de las cofradías de Gipuzkoa y Bizkaia respectivamente; Jon Azkue, viceconsejero de Pesca e Industrias Alimentarias de Lakua; y Amaia Lukin, directora de la Fundación Kalitatea, realizaron un llamamiento para que se consuman ambos productos, integrados en el sello Eusko Label.

Lukin destacó que las piezas se capturan una a una siguiendo las artes tradicionales y que nada más llegar a puerto son examinadas por los técnicos responsables de expedir las etiquetas de calidad.

Para esta labor se han contratado 26 personas. En 2010 se identificaron con Eusko Label 513.982 kilos de atún rojo -el 100% capturado-, y 1.868.263 de los 5.234.000 kilos de bonito capturados, ya que el sistema no es todavía lo suficientemente ágil y rápido para etiquetarlo todo, según explicaron.

Cuotas para el año 2011

Para 2011, la cuota para el Estado español asciende a 16 millones de kilos en el caso del bonito, mientras que para el atún rojo la cuota se reparte por embarcaciones, correspondiendo a la flota vasca un total de 460.000 kilos.

Esta diferencia se debe a que el cimarrón es una especie en peligro. De 2009 a 2010 se decretó una drástica reducción de cuota del 40%, y de 2010 a 2011 ha bajado en otro 4%.

Al respecto, Azkue reclamó a la Unión Europea y a la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) que se tengan en cuenta los modelos de pesca a la hora de repartir las cuotas, ya que el sistema que emplea la flota vasca «no es comparable en ningún caso a la pesca de cerco que, desgraciadamente, se sigue realizando en otras latitudes».

Dentro de esta pugna por la defensa de las artes tradicionales, destacó la incautación de 3.000 kilos de bonito presentados a la venta «como un pescado de cerco y que, en realidad, estaban claramente identificados con una pesca ilegal».

«La situación puede repetirse, por lo que la inspección pesquera del Gobierno vasco actuará con el objetivo de garantizar que nadie comercialice atunes de otras zonas del mundo como si fueran del Cantábrico», apuntó el viceconsejero de Pesca.