El striptease que Arnaldo Otegi, Rafa Díez y el resto de encausados protagonizaron en la Audiencia Nacional para explicar los motivos -y hasta los tiempos- que les llevaron a sentar las bases del cambio estratégico de la izquierda abertzale pillaron desprevenidos a los opinadores de la mayoría de periódicos. A la luz de las declaraciones judiciales -que a alguno de estos medios le llevó a titular con alarde tipográfico que «escenificaron su ruptura con ETA»-, no es fácil argumentar que Arnaldo Otegi, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez sigan en prisión ni un minuto más, así que los editorialistas tuvieron que echar mano de manual o de mucha imaginación.

Los representantes de la prensa madrileña más recalcitrante no tuvieron mayor problema. Para ellos de nada sirve que la apuesta de los encausados haya servido para que la izquierda abertzale rechace el uso de la violencia o de su amenaza, y que desde entonces ETA esté dando pasos; a «El Mundo», «Abc» o «La Razón» les basta con la cantinela de que no condenan a ETA ni piden su disolución.

Pero más llamativo fue el posicionamiento de las cabeceras vascas del grupo Vocento. «Juicio al pasado» titulaban su editorial «El Correo español» y «El Diario Vasco», y la receta era que «los encausados en Bateragune deben ser juzgados por su actuación, no por sus intenciones», ni tampoco por lo ocurrido durante estos dos años. Aferrados al sumario, aseguran que lo importante es saber si pertenecían a un órgano establecido por ETA para dirigir la izquierda abertzale «tras la brutal ruptura de la tregua», con el agravante de que su rechazo a la estrategia armada es político y no ético. Daba la impresión de que quieren que los condenen sí o sí, sea por lo juzgado o por su pasado.