Crónica | Desde la Plaza Zuloaga
La palabra cruza la calle para luchar por los derechos políticos
Mientras Madrid acoge el juicio del «caso Bateragune», Euskal Herria celebra actos en solidaridad con los ocho encausados. La carpa «Aske gunea» que Eleak ha instalado en la plaza Zuloaga de Donostia inició ayer su programa.
Oihane LARRETXEA
El movimiento Eleak, que lucha a favor de los derechos civiles y políticos, ha venido para quedarse. Ayer dio el pistoletazo de salida el conjunto de actividades que hasta el próximo sábado albergará la carpa «Aske gunea», instalada en la plaza Zuloaga de la Parte Vieja donostiarra, para mostrar su solidaridad con los ocho independentistas que están siendo juzgados en Madrid por el «caso Bateragune». Más allá de este programa, su portavoz Joxean Agirre aseguró que a partir de ahora seguirán trabajando hasta conseguir el marco democrático que tanto apremia.
En el acto inaugural «Eskubideak» participaron Aitziber Blanco, en representación de Lokarri; Mikel, joven del movimiento 15-M que ha participado durante más de un mes en la acampada del Boulevard donostiarra; y el propio Joxean Agirre, como integrante de Eleak.
Con los derechos civiles y políticos como eje central, Blanco quiso contextualizarlos: «Son aquellos que se refieren a aquellas libertades individuales que permiten a toda persona participar en la vida civil y política sin discriminación o represión». Así se recoge en la Declaración de Derechos Humanos que la ONU firmó en el año 1948, tal como recordó. No obstante, matizó que la carta no es vinculante para los Estados.
Para la representante de Lokarri los derechos son indivisibles, no se pueden vulnerar unos para defender otros, «independientemente de quien los haga, hay que reivindicar el respeto de los mismos por una razón de justicia y de humanidad».
«Tomemos la plaza»
Aitziber Blanco dijo que es «natural» que algunas vulneraciones se sientan más cercanas, aunque abogó por la imparcialidad: «Aparte de visibilizar que hay otras personas, debemos intentar cruzar la calle, y reivindicar los derechos de otras personas».
«Cruzar la calle y mostrar solidaridad». La protección espontánea que recibió la pasada semana Aurore Martin cuando la Policía francesa fue a detenerla en Baiona «por ejercer su legítimo derecho a defender su proyecto político, es decir, por algo que no constituye delito» es, a juicio de Blanco, un claro ejemplo de ello. En su opinión, se generó una corriente de solidaridad más allá de planteamientos políticos. Sin embargo, les unía la visión de que los derechos humanos deben ser respetados. El senador centrista Didier Borotra no comparte la ideología de Martin pero se solidarizó con ella ante la actuación policial. «Crucemos la calle y tomemos la plaza», incidió.
Joxean Agirre comentó que la lucha de Aurore Martin o el encierro de los ocho jóvenes de Izpura son dos ejemplos de lucha por la defensa de los derechos y animó a seguir en esa línea.
El escenario donde actuará Eleak es Euskal Herria y su herramienta de trabajo, la palabra, que emplearán para defender y garantizar que los derechos de todas las personas de este país sean respetados. Reclamó valentía a los agentes sociales y políticos, «siempre y sin excepciones», para lograr el marco democrático. Es hora de pasar del dicho al hecho, y para eso hace falta un compromiso sincero. Un compromiso capaz de responder a largo plazo.