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Jesús Valencia Educador social

La antorcha encendida

La Plataforma para la Defensa del Patrimonio Navarro se ha convertido en punto de referencia para otras gentes del Estado que se veían sometidas a parecidos expolios

La Plataforma para la Defensa del Patrimonio Navarro acaba de celebrar asamblea general para evaluar su trabajo de la última etapa y planificar la siguiente. No conozco las conclusiones a las que han llegado pero, desde estas líneas, doy por muy provechoso su quehacer. A este organismo le debemos el haber socavado la impunidad y el oscurantismo con que estaba actuando el Arzobispado de Iruñea. Añádase a este logro el haber removido las aguas de otros estanques. Sin ser ése su objetivo fundacional, la plataforma se ha convertido en punto de referencia para otras gentes del Estado que se veían sometidas a parecidos expolios.

Son numerosos los medios de comunicación que se han hecho eco de esta desigual batalla. Algunos reporteros actuaron con alevosía. ¿Cómo olvidar la camuflada entrevista que Intereconomía hiciera a Pedro Leoz, presidente de la plataforma? Se presentaron como agricultores de León que estaban realizando un curso de actualización en Iruñea; su ignorancia en temas agrarios y la perspicacia de Pedro dejaron en evidencia a los truhanes. Otros reportajes han sido más profesionales. La publicación quincenal «Diagonal» titulaba su reportaje de enero de 2010: «La Iglesia pasa el cepillo al patrimonio»; como soporte gráfico reproducía la imagen del arzobispo Sebastián tocado con tricornio. En marzo de 2010, «Público» dedicaba portada y cinco páginas al asunto. En diciembre de ese mismo año 2010 era TVE la que emitía un reportaje sobre el tema. La publicación «Géminis» abría su trabajo con este titular: «La Iglesia católica saquea el patrimonio de los pueblos navarros»; en tono incisivo, reprodujo una de las jotas heréticas recopiladas por Jose Mari Esparza: «Cristo les mandó a los curas a predicar la pobreza. Todavía no han comenzado ¡mira que tienen pereza!».

Numerosas son también las comunicaciones que le llegan a la plataforma desde distintos puntos del Estado. Una vecina de Pardesivil -pueblecito de León- ve amenaza la ermita que el pueblo está restaurando; según denuncia la buena mujer, el Ayuntamiento, «regido por Don Meapilas», favorece la avaricia episcopal. «¿Sabéis como atajar a estos golfos?», consulta la indignada ciudadana. Parecidas preocupaciones tiene un concejal de Zamora en el anejo de San Ciprián: «¿Qué podemos hacer?». El concejal fue invitado y asistió a la Asamblea que la plataforma celebró en Burlata el 26 de junio de 2010. Ángeles Remón, alcaldesa de Gualda (Guadalajara), reconoce el estímulo y la ayuda que le aporta este organismo; también ella espera ganar el juicio que mantuvo su pueblo con la correspondiente Curia: «la jueza puso mucha atención cuando nuestra abogada citó como referente la sentencia de Garisoain».

Cierren este apunte las estimulantes palabras de Carmen; esta granadina con toque culto y ribetes internacionalistas comentaba a la Plataforma hace unos meses: «Se está tratando de vender España a retazos. Al final seremos una Palestina despojada de su territorio. En Córdoba, además del expolio de la Mezquita de los Omeyas, todo un pueblo se ha convertido en propiedad de la iglesia. ¡Ánimo, conservad la antorcha encendida para que sirváis de ejemplo a todos!».

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