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Miren Egaña Descarga y Xabier Barber del Río | Sanfermines 78 gogoan!

Sanfermines 1978: la verdad, brisa fresca de esperanza

 

Tony Doherty tenía 9 años cuando perdió a su padre. Fue el 30 de enero de 1972, en Derry (norte de Irlanda). Un cuerpo de élite del Ejército británico disparó contra una manifestación que reivindicaba derechos civiles para todas las personas y acabó con la vida de Patrick «Pat» Doherty y de 13 manifestantes más. Fue el Bloody Sunday (Domingo sangriento).

En junio de 2010, 38 años después, el Gobierno británico, haciendo suyo el Informe Saville, reconocía su responsabilidad directa en aquella masacre y David Cameron, primer ministro conservador, la lamentaba profundamente y se disculpaba.

Entre medio, años de gran actividad de Bloody Sunday Campaign, fundamentalmente desde 1992, buscando el reconocimiento oficial de la verdad, justicia y reparación para las víctimas. Mientras tanto, el inicio de las negociaciones, el acuerdo de Viernes Santo, el alto el fuego definitivo del IRA, la liberación de presas y presos políticos, otros avances en la normalización de la vida política en el conjunto de Irlanda...

Hoy, Tony es miembro de Bloody Sunday Trust; nos ha visitado en Iruñea junto a Tony Gillespie y Sean Mc Monagle. En sus charlas y conversaciones, afables y serenas, transmiten la firme certeza de que el reconocimiento de la verdad por parte del Gobierno británico no sólo no ha debilitado a éste, sino que lo ha fortalecido políticamente. Y que ese hecho es, además, un avance importante en el proceso de paz irlandés y profundiza en una verdadera democracia. Y añade Tony: «No quiero la venganza, ni el castigo para quienes mataron a mi padre; son hechos de otro momento; suficiente `venganza' ha sido el reconocimiento de la verdad. Ahora estamos en otro proceso, el de la paz y la reunificación de Irlanda».

Por estos lares, es un secreto a voces que la llamada «Transición española» estuvo muy lejos de ser lo «ejemplar» que durante tiempo se ha pretendido. Y que las amplias limitaciones de la actual democracia (tal y como se viene denunciando en gran número de acampadas, asambleas y manifestaciones multitudinarias) tienen mucho que ver precisamente con el cierre en falso de la dictadura franquista.

En la segunda mitad de los años 1970, hubo una serie de graves sucesos cuyas responsabilidades nunca se reconocieron; ni siquiera la verdad. Por ejemplo, Gasteiz 1976, Montejurra 1976, Sanfermines de 1978, asesinato de Gladys del Estal en Tudela en 1979... acontecimientos con implicaciones directas o indirectas del Estado y sus aparatos, que marcaron a sangre y miedo el devenir de la transición en Euskal Herria (fundamentalmente en Nafarroa).

Durante los Sanfermines de 1978, la Policía española asesinó a Germán Rodríguez Saiz, hirió a decenas de personas (11 de ellas por bala) y pudo provocar una auténtica hecatombe con su alevosa entrada en la plaza de toros de Iruñea nada más finalizar la corrida (al amparo, más cobarde aún, si cabe, de la entrada de las peñas txikis).

Ahora, más allá de los avatares de la crisis económica y sus consecuencias, estamos, también aquí, en los albores de una nueva fase. Fase en la que vamos avanzando hacia la paz y la normalización política. Un proceso indispensable, tras tantos años de sufrimiento.

En la plural «Iniciativa Popular Sanfermines 78 gogoan!» creemos, con Tony Doherty y los compañeros irlandeses, que el reconocimiento institucional de la verdad de aquella tremenda agresión y de las responsabilidades que pudieran derivarse contribuiría al buen desarrollo de este proceso y, desde luego, a avanzar hacia una democracia más digna de ese nombre. Y que, como lo fue su presencia aquí, ese reconocimiento institucional sería una bocanada de brisa fresca en la tórrida situación actual.

Por eso seguimos insistiendo en conseguir el compromiso del Ayuntamiento de Iruñea, la institución más próxima, con la formación de una Comisión de la Verdad que investigue a fondo todo lo sucedido en torno a los Sanfermines de 1978. En nuestra opinión, lo mejor sería una Comisión de la Verdad mixta (institucional-ciudadana), con capacidad para realizar un Informe y una Valoración-propuesta de resolución sobre los hechos. Su concreción (composición, campo de trabajo a abordar, ritmos...) quedaría abierta, a fin de poder llegar al máximo acuerdo con el máximo de grupos municipales.

Confiemos en que el nuevo Ayuntamiento de Iruñea (o al menos una mayoría de él) esté a la altura de los tiempos y juegue un papel importante en esta parte del proceso; la ciudadanía pamplonesa (y navarra) tiene derecho a conocer la verdad y a que ésta sea institucionalmente reconocida (ello redundaría, además, en mejorar la democracia). Así se viene solicitando en los cada vez más concurridos actos del 8 de julio y por parte de diversos colectivos (abogadas y abogados, historiadores e historiadoras, un sinfín de organismos populares...).

Entre tanto, como durante estos 32 años, el 8 de julio, a las 13.00, ante la estela de la avenida de Roncesvalles, hemos recordado lo sucedido, homenajeando a Germán, a Joseba Barandiaran y a todas las personas que sufrieron aquellos brutales ataques. Y reivindicando verdad, justicia y reparación, con la esperanza de un futuro mejor.

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