Los Cebada siempre son Cebada, pero más vale que Esquillo no era Doloroso
Ramón SOLA
La leyenda de los Cebada Gago en Iruñea es tan larga como merecida. Y uno de los más recordados es Doloroso II, uno de sus toros, que el 12 de julio de 1988 no tuvo mejor idea que volverse desde la Plaza del Ayuntamiento a los corrales embistiendo a diestro y siniestro. Y todo empezó como ayer con su descendiente de camada Esquillo, un burel con una mala caída al llegar al llano, en este caso a la altura del antiguo Unzu.
Esquillo se portó mejor; se lo pensó durante unos segundos, pero luego siguió la carrera hacia adelante, a trote algo cochinero, hasta la Plaza de Toros. Recorrió Estafeta txintxo-txintxo, aunque a mucha distancia de sus colegas. Pero pensar que llegaría a los corrales tras 600 metros en solitario sin una mala cornada era demasiado descabellado. Ya en el ruedo se juntaron el hambre y las ganas de comer. Un australiano de 25 años con la camisa bien empapada en vino se empeñó en citarlo por la espalda hasta que pasó lo que tenía que pasar: Esquillo se mosqueó y se dio la vuelta, el mozo resbaló y cayó, y vino la cornada. Breve, pero pillando arteria y vena femoral.
Le siguieron tres horas de intervención quirúrgica, que demuestran que la herida en el muslo no era broma precisamente. Y eso que el chaval se levantó rápido y contento, y de hecho seguía teniendo buena cara después de pasar por la mesa de operaciones, de donde salió haciendo payasadas ante las cámaras. «No sabíamos que esto era tan peligroso», decían sus amigos mientras tanto.
Tres ingresados
Además del tal D.M., que fue operado en la misma plaza, resultaron heridos de consideración un estadounidense de 22 años -con un puntazo leve en la pierna derecha que no se computa como cornada, acaecido en el callejón- y un vecino de Roma de 23 años, con una contusión dorsal leve por una caída en Mercaderes.
En La Estafeta, otro estadounidense de 21 años sufrió una herida leve en el labio. Y en Telefónica se hirieron otro australiano de 25 años, un inglés de 21 y un vecino de Uharte de 35, todos por golpes. Quedaron ingresados tres de ellos: el australiano corneado, el uhartearra herido en la zona lumbar y el italiano, con una contusión en la zona dorsal. Nada grave.