Mikel Jauregi Kazetaria
Estoy hasta el gorro de...
Hace unos años, una amiga solía vestir una camiseta roja con una leyenda en gris que decía «Kokoteraino nago...». Debajo, en letra más pequeña, aparecía una ristra de situaciones de las que la portadora o el portador de la prenda declaraba estar «hasta el gorro»: recuerdo que allí estaba la represión en sus distintas formas, la violencia contra las mujeres, la insolidaridad, la marginación del euskara, la exclusión social, la corrupción, la destrucción del medio ambiente...
Pues bien, después de leer lo que ha dicho Patxi López en relación al último comunicado de ETA -por si alguien no se ha enterado aún, el miércoles manifestó que «nos da igual una ETA que mata que una ETA que no mata pero que pretende (...) dirigir a la sociedad vasca»-, servidor ha decidido tejer en este espacio su propia camiseta de «kokoteraino nago...» de esta semana. Ahí va:
La lista la deben encabezar, sí o sí, los autores intelectuales de la idea: el lehendakari y su memez. Y no muy lejos se sitúan todas esas criaturas del facherío que manipulan y retuercen la realidad hasta hacerla irreconocible. Son muy hábiles en ello; incluso nos quisieron vender el signo de la OMS como si fuera el anagrama de ETA... ¿Recuerdan?
Estos días he visto fotos de somalíes desplazados -ya son cientos de miles- por la sequía y los conflictos, y viendo esos ojos de desesperación se me revuelven las tripas. ¡Maldita conciencia! Tampoco estoy muy feliz tras verme reflejado en las palabras del portavoz del PP en Donostia, Ramón Gómez, reclamando al gobierno municipal que retire la OTA de los polígonos y del campus. Izagirre, ¿a qué espera?
Hasta el gorro, también, de esos mercados que actúan como perros de presa y hacen tambalear los cimientos de «nuestra» economía y «nuestra» Europa. Y de los modernetes gafapasta a los que se les hace el culo gaseosa con el hype musical de la semana, te miran como a un bicho raro porque te gusta un grupo desde hace 25 años y te compras -sí, sí- sus discos.
Pero, sobre todo, lo que jode de verdad es caer enfermo justo el día en que tienes cita con la farra en sanfermines.