Sol, pero no excesivo calor. Con ese tiempo se ejercitaron ayer, por partida doble, los 25 jugadores que Marcelo Bielsa se ha llevado a La Oliva (Valencia), aunque el técnico argentino no tiene previsto arribar allí hasta hoy, acompañado por el presidente, Josu Urrutia. Es su preparador físico, Luis Bonini, quien está al mando del grupo estos primeros días en que se trata de empezar a poner a los hombres a punto. Entre ellos, dos de los nombres que pasaron desapercibidos el miércoles en Lezama, cuando en teoría debieran haber tenido más protagonismo, aunque por distintas razones.

Uno de ellos, el recién llegado Ander Herrera, que se ha quedado en el stage sin sus dos mejores aliados, como Muniain y Javi Martínez, pero que agradece la buena acogida del resto del plantel. Insistió ayer el ex-zaragozista en que no llega para cambiar ningún estilo, máxime cuando Bielsa antepone el sistema a los jugadores. Pero sí reconoció que se preocupó de preguntar por el técnico a ex-compañeros como son el Chupete Suazo o Leo Franco, que «hablan maravilas de él, y dicen que saca lo mejor de cada jugador».

El otro en comparecer ante la prensa fue Markel Susaeta, ya recuperado del neumotórax que le tuvo apartado desde final de temporada, y que confía en ponerse pronto al mismo nivel físico de sus compañeros. Lo que sí tiene claro el eibartarra es que «ahora hay que cambiar el chip», máxime en un jugador que sólo ha conocido un entrenador en Primera, Caparrós.

Peio Agirreoa sigue

El que comenzó ayer con sus primeras carreras por Lezama es el otro filial, el Basconia, que será comandado de nuevo por el veterano Peio Agirreoa, con Iñigo Lizarralde como su segundo. Donde sigue la incógnita aún es en el banquillo del Juvenil de División de Honor, dirigido los últimos años por Bingen Arostegi.