El Gobierno y Rubalcaba cuestionan el auto de Ruz sobre el chivatazo
El auto del juez Pablo Ruz en el que procesa a tres altos cargos policiales por colaboración con banda armada es «una suma de indicios especulativos» en opinión del ministro de la Presidencia del Gobierno español, Ramón Jáuregui, y contiene «fallos jurídicos», según el ex ministro de Interior y candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Ahora la Audiencia Nacional ha dejado de ser infalible y hasta se ve salpicada por intereses políticos e incluso electorales.
GARA |
Desde el Gobierno español se ha puesto en duda la consistencia jurídica del auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el procesamiento de los altos mandos policiales por el chivatazo. Una actuación que también Alfredo Pérez Rubalcaba ha cuestionado. Incluso, llegó a afirmar en una entrevista que si el «caso Faisán existe es porque existo yo como candidato».
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, declaró ante los medios que el procesamiento del ex director general de la Policía española Víctor García Hidalgo, el jefe superior del cuerpo en la CAV, Enrique Pamiés, y el jefe de la Brigada de Información de Araba, José María Ballesteros, acusados de revelación de secretos y de colaboración con banda armada, «es probablemente una suma de indicios más bien especulativos». Añadió que tiene «la firme convicción de que, en apelación, será revocada».
El auto del citado magistrado tampoco le parece consistente al ex ministro de Interior y candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien en una entrevista en Radio Nacional de España comentó que «hay argumentos suficientes para entender que eso tiene fallos jurídicos».
En pocas ocasiones miembros del Gobierno o dirigentes del PSOE se han pronunciado de esta forma ante una acusación de «colaboración con banda armada» hecha desde la Audiencia Nacional. Pero en este caso, el ex ministro de Interior ha ido un poco más allá, llegando a ver intereses políticos y electorales en el discurrir judicial del caso. Rubalcaba aseguró que «si hace cuatro años me hubiera ido del Gobierno y si hoy no fuera el candidato, no hubiera hablado nadie de esto nunca más».
Insistió en que «si existe esto es porque existo yo y si existe hoy más que nunca es porque soy candidato, ésa es la razón y nada más» .
Rubalcaba, que dice no tener nada de lo que arrepentirse, aseguró que el PP sabe perfectamente que él no ordenó que funcionarios avisaran al propietario del bar Faisán, recordó que él estaba recién llegado a Interior cuando se produjo y defendió al entonces secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho.
El PSE, orgulloso de Hidalgo
Por otra parte, el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, mostró su «más absoluto respeto» a las decisiones judiciales en torno al caso Faisán, aunque considera «un poco fuerte, cuando menos», la imputación de colaboración con organización armada del ex director de la Policía Víctor García Hidalgo.
Pastor avaló el compromiso del acusado en la lucha contra ETA a lo largo de toda su trayectoria política y aseguró que se sienten «absolutamente orgullosos» del trabajo de García Hidalgo. Afirmó que el partido no le va a pedir que abandone el cargo de secretario de Organización en Araba.
Entre tanto, el portavoz de Interior del PNV en el Congreso, Emilio Olabarria, apuntó que habría que «inhabilitar» a los políticos que alientan «teorías conspirativas» rayanas en la «esquizofrenia» sobre la supuesta colaboración de la Policía con ETA. Cabe recordar que entre los detenidos por la operación del Faisán se hallaba el ya fallecido burukide Gorka Agirre.
El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, afirmó que «el caso GAL es igual de grave que el caso Faisán» y que «una cosa es utilizar la guerra sucia contra los terroristas y otra cosa es utilizarla contra la política».
El fiscal general del Estado dice que estudia «en profundidad» el auto y que actuará «al margen de cualquier aspecto de carácter oportunista». Sobre el momento de su aparición, dijo que «los tiempos de la Justicia no son los mismos que los de la política».