El escándalo de las escuchas sirve de trampolín al líder laborista Miliband
Después de luchar durante meses por imponerse, el líder de los laboristas, Ed Miliband, ha encontrado en el escándalo de las escuchas ilegales la ocasión para reafirmar su papel de jefe de la oposición, encabezando la ofensiva contra Murdoch y poniendo en dificultades a David Cameron.Alice RITCHIE (AFP) |
Durante diez meses, la actuación de Ed Milliband a la cabeza del Partido Laborista, a donde llegó a finales de setiembre ante la sorpresa general tras vencer a su hermano David que partía como gran favorito, había suscitado comentarios poco halagüeños sobre su falta de carisma y de tenacidad.
Pero el escándalo de las escuchas ilegales realizadas por el dominical «News of the World», propiedad del grupo de Rupert Murdoch, ha invertido la situación. Y Miliband, que a sus 41 años era considerado un adversario de poco peso frente a un primer ministro, David Cameron, muy mordaz, ha sido capaz de mostrarse combativo y decidido, sin aflojar nada en un momento en el que Cameron se encuentra muy desestabilizado.
«Laboristas: Nacimiento de un líder», titulaba el martes «The Independent», situado a la izquierda, mientras que el diario conservador «Daily Telegraph» apuntaba que «la hora de Ed Miliband, defensor de la prensa libre, ha llegado».
Desde que el escándalo del dominical sensacionalista «News of the World» resurgiera a principios de la semana pasada con la revelación de las escuchas practicadas por el dominical a familiares de niñas asesinadas, Ed Miliband ha salido a la luz. Fustigando «el mayor escándalo de prensa de los tiempos modernos», ha reclamado alto y fuerte la dimisión de Rebekah Brooks, responsable de News International, filial británica del imperio mediático de Murdoch, y ex directora del clausurado rotativo.
Después de su apremiante demanda, David Cameron anunció la constitución de una comisión de investigación. Y aún más, Miliband presentó en el Parlamento una moción para pedir a News Corporation, el grupo del magnate australiano-estadounidense, que retirara su oferta de compra de BSkyB, a la vista las prácticas utilizadas por sus rotativos.
Un bonito golpe: la moción consiguió el apoyo del número dos del Gobierno y líder liberal, Nick Clegg, y el primer ministro, considerado antaño próximo de Murdoch, accedió finalmente a apoyarla. Ante esta iniciativa, Murdoch tuvo que tirar la toalla y retirar su oferta.
«Impone su agenda»
«Por primera vez, es el líder del Partido Laborista el que impone su agenda», señaló el martes un analista político en «The Times», subrayando que Miliband parecía ahora más en concordancia con la opinión pública que David Cameron.
De acuerdo con una encuesta publicada el pasado fin de semana, el 49% de los británicos consideran, en efecto, que el primer ministro ha gestionado mal este caso.
Incluso antes del anuncio de la retirada de su oferta por parte de Murdoch, una fuente del partido Laborista indicó que la formación «estaba objetivamente satisfecha por la manera en la que se había desarrollado la semana».
Hace sólo un mes, después de una reunión de los responsables laboristas de estrategia, la prensa constató la escasa talla política de Ed Miliband y ciertos medios aseguraron que, en la sombra, su hermano David esperaba su caída. Y el 41% de los simpatizantes del partido consideraba que su designación para dirigir la formación había sido un error.
Estos días, Miliband ha retomado y no ha cesado en su carga contra el Gobierno, denunciando los vínculos de Cameron con Murdoch y acusando al primer ministro de haber fallado al elegir al ex redactor jefe de «News of the World» Andy Coulson como su jefe de prensa. Coulson se vio obligado a dimitir en enero.
«Si puede presentarse como el portavoz de los que tienen las manos limpias, frente a David Cameron, que ha sido salpicado por su relación con Coulson, News International y Rebekah Brooks, esto podría ser para Miliband un modo de desembarazarse de su imagen de líder introvertido», concluye Steven Fielding, profesor de historia política en la Universidad de Nottingham.
El FBI anunció ayer que investigará a News Corporation por la interceptación de grabaciones de voz de las víctimas de los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York y Washington
El Parlamento británico volvió a convocar ayer, pero esta vez formalmente y con efecto legal, a Rupert Murdoch y a su hijo James para declarar en el caso de las escuchas ilegales, después de que ambos declinaran una invitación previa.
La Comisión de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes de la Cámara de los Comunes remitió la petición oficial a sus abogados para que comparezcan el martes, y aún se espera su respuesta.
El Parlamento había convocado antes a ambos y a Rebekah Brooks, directora de «News of the World» entre 2000 y 2003, la época en que se practicaron las escuchas.
Murdoch declinó la primera petición de la Comisión, pero se ofreció a declarar en la investigación judicial puesta en marcha por el Gobierno. Su hijo James, presidente de News Corporation, dijo que no podría asistir por problemas de agenda y propuso hacerlo el 10 de agosto. Brooks sí aceptó.
Los Murdoch, como ciudadanos de EEUU, no están obligados tampoco a aceptar la citación formal, pero si se niegan, la Cámara puede estudiar sanciones legales. GARA
La Policía británica arrestó ayer en Londres el ex director ejecutivo del «News of the World» Neil Wallis, quien trabajó también como adjunto de Coulson, con lo que ya son nueve las personas detenidas por este escándalo.