Bernanke avisa de que la suspensión de pagos «no es una opción»
Después de que la agencia de calificación de riesgos Moody's revisara la deuda de Estados Unidos con vistas a una posible rebaja, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtió ayer de que la suspensión de pagos «no es una opción» para Estados Unidos, e instó a demócratas y republicanos a alcanzar un acuerdo sobre el límite de deuda que evite el «default» del país, un evento que calificó como «calamitoso» y que podría sumir al sistema financiero «en el caos».
GARA | WASHINGTON
En la segunda jornada de su comparecencia semestral ante el Comité de Banca del Senado, Bernanke insistió en que «la calificación de crédito es un símbolo de reputación muy importante para EEUU».
Advirtió, asimismo, de que no hay que contar con que la Reserva Federal (FED) vaya a poder «contrarrestar los efectos de una suspensión de pagos». Por lo contrario, dijo, «una cesación de pagos contrarrestará todo lo que hemos estado haciendo para estimular la economía, y subirá los tipos de interés».
La agencia calificadora de crédito Moody's está revisando la clasificación de los bonos del Tesoro de EEUU, que desde 1917 gozan de la máxima nota, AAA, para una posible degradación ante la posibilidad de que el Congreso no aumente la capacidad de endeudamiento del Gobierno, y éste tenga que suspender ciertos pagos.
También Standard & Poor ha indicado a legisladores y grupos empresariales que podría bajar la calificación del crédito de EEUU si el gobierno suspende algunos de sus pagos, incluidos los del Seguro Social, aunque siguiera pagando los intereses de su deuda.
Las advertencias llegaron también desde China, el mayor acreedor de Estados Unidos. En Pekín un portavoz gubernamental instó al Gobierno de EEUU a que adopte «políticas responsables y medidas que garanticen los intereses de los inversores». La calificadora china Dagong Global Credit Rating también avisó de una posible degradación del crédito de EEUU.
Bernanke y los senadores que lo interpelaron dedicaron buena parte de la audiencia de dos horas y 17 minutos a debatir las consecuencias de una suspensión de pagos, que ocurrirá si el Congreso no autoriza antes del 2 de agosto el incremento del techo de endeudamiento, limitado ahora a 14,29 billones de dólares.
«El Congreso debe dar todos los pasos posibles que eviten una suspensión del pago de la deuda o la mera impresión de que pueda producirse», dijo el presidente del banco central.
Obama y los líderes del Congreso siguen discutiendo el asunto: los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, condicionan su aprobación del aumento de la deuda a que se aprueben más recortes en los gastos del gobierno. El presidente, por su parte, busca reducir el déficit -que este año llegará a unos 1,6 billones de dólares- mediante recortes de gastos, pero también con aumentos de los ingresos, algo que muchos republicanos han jurado, literalmente, que no apoyarán.
La Casa Blanca señaló que Obama podría citar este fin de semana a republicanos y demócratas en su residencia veraniega de Camp David con el fin de desbloquear las negociaciones sobre el techo de la deuda, pero los principales líderes de ambos partidos han descartado esta posibilidad.
Si Estados Unidos cesara en los pagos de sus compromisos y deudas, según Bernanke, habría un aumento de los tipos de interés de la deuda, lo que repercutiría sobre los tipos de los créditos, las hipotecas, y aumentaría el déficit fiscal.
Una cesación de pagos, agregó, llevará a «recortes en los pagos a cualquier persona que perciba beneficios sociales, en los pagos de servicios y de los sueldos de las Fuerzas Armadas».
«Todo ello frenará la actividad económica y, seguramente, empeorará la situación del mercado laboral», según Bernanke. «Con un aumento de las tasas de interés, las empresas tendrán menos disposición a contratar y si el gobierno corta un 40 por ciento de sus pagos habrá eliminación de empleos».
«Todo esto», dijo Bernanke, «es una opción que no deberíamos estar considerando siquiera».
Algunos miembros del Congreso, como el representante republicano de Texas, Ron Paul, y los militantes del movimiento ciudadano conservador Tea Party, creen que una suspensión de pagos no tendrá efectos graves y que las advertencias sobre una merma en la clasificación del crédito de Estados Unidos no deben tomarse en serio.
«Una suspensión de pagos de la deuda o de los beneficios sociales es, se mire como se mire, un incumplimiento de las obligaciones, que tendrá un impacto sobre la economía pero, aún más, sobre la confianza», dijo Bernanke.
Referencias a la Unión Europea
Por otro lado, el presidente de la Fed reconoció que, a pesar de que la exposición directa del sector financiero estadounidense a Grecia, Irlanda y Portugal es «bastante pequeña», la evolución de los acontecimientos en Europa amenaza la situación del país por sus consecuencias indirectas en los mercados.
«La exposición directa a estos tres países es bastante pequeña y manejable, por lo que, en el caso de que hubiera problemas, como un `default', no sería crítico. Sin embargo, este tipo de acontecimientos representa un riesgo para EEUU porque el deterioro de las condiciones en Europa puede aumentar la aversión al riesgo y una caída del precio de los activos y mayor volatilidad en los mercados».
Respecto a las recientes tensiones que han extendido la crisis de deuda soberana al Estado español e Italia, Bernanke subrayó que estos dos países «son mucho mayores que los tres que han sido rescatados y, si se llegara a ese punto, cosa que no digo que vaya a suceder, Europa debería realizar una sustancial contribución a la estabilización de estos países».
La suspensión de pagos o «default» de EEUU se podría producir el 2 de agosto si los líderes del Congreso no se ponen de acuerdo para autorizar el incremento del techo de endeudamiento, limitado ahora a 14,29 billones de dólares.
China, el mayor acreedor de EEUU, instó a Washington a que adopte «políticas responsables y medidas que garanticen los intereses de los inversores». La agencia china Dagong Global Credit Rating también avisó de una posible degradación del crédito.
La Unión Europea vivió ayer una jornada de tensa calma a la espera de los pasos que vayan dando los líderes europeos para hacer frente a la crisis de la deuda de los países periféricos y con la mirada puesta en los resultados de los test de estrés de las entidades financieras que se darán a conocer esta tarde al cierre de los mercados.
La canciller alemana, Angela Merkel, de visita a Nigeria, recalcó que antes de la convocatoria de una cumbre extraordinaria de los países de la eurozona sobre Grecia es necesario que se llegue a un acuerdo previo sobre el nuevo programa de ayuda para el país heleno. «La condición es que seamos capaces de decidir sobre un nuevo plan completo para Grecia».
La resistencia de Alemania ha retrasado la cumbre de líderes europeos que se iba a convocar para esta tarde con el objetivo de desbloquear el segundo rescate de Grecia y tratar de frenar el contagio de la crisis de deuda al Estado español y Portugal. «La cumbre se retrasa, con fecha no muy lejana pero todavía por confirmar», informaron ayer fuentes diplomáticas
Entretanto, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo despejaban ayer las dudas que pesaban sobre Irlanda, después de que Moody's rebajase su deuda hasta el nivel del bono basura e invocase así el fantasma de un segundo rescate económico para este país.
Una misión de las tres instituciones subrayó los «fuertes» progresos del Gobierno irlandés para mantener el rumbo fijado en su programa de ayuda, cuantificado en 85.000 millones de euros.
Como sugirieron los tres organismos en su revisión trimestral de la situación irlandesa, el ataque de la agencia de calificación contra la economía celta fue, en parte, un ataque a los planes comunitarios para contener la crisis en la zona euro.
En cuanto a Grecia, y al igual que lo hiciera el miércoles con la rebaja a Irlanda, la Comisión Europea lamentó la rebaja de la nota de la deuda griega efectuada por parte de la agencia de calificación de riesgos Fitch, que consideró que existe «una posibilidad real» de impago.
«No entendemos esta decisión en este momento», explicó la portavoz Pia Ahrenkilde, quien recordó que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional acordaron recientemente el desembolso de un nuevo tramo de ayuda financiera a Grecia de 12.000 millones, por considerar que Grecia ha logrado progresos suficientes para ello.
Y en lo que respecta a Italia, el Senado aprobó el plan de ajuste cuatrienal elaborado por el Gobierno, que prevé un recorte de 79.000 millones de euros y que ahora pasa a la Cámara de Diputados, donde será sometido hoy a votación. Entre otros aspectos, el plan reintroduce el copago sanitario, la reforma de las pensiones y el pago de una tasa sobre los depósitos bancarios. GARA
La Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo despejaron las dudas que pesaban sobre Irlanda, después de que Moody's rebajase su deuda hasta el nivel del bono basura e invocase un segundo rescate.