IRUÑEKO SANFERMINAK
Prima de riesgo
Ramón SOLA
Iruñea está hoy llena de gentes con dificultades evidentes para encontrarse a sí mismas. Gentes que hace ya unos cuantos días dijeron -dijimos- «que paren el mundo, que me bajo», y que ahora tendrán que suplicarle que se detenga otra vez porque habrá que volver a subirse. Un viaje jodido, muy jodido.
Costará lo suyo encontrar ciertas cosas. Cuando amanezca, que nadie garantiza que tenga que ser hoy, habrá que empezar a buscar las llaves perdidas mil veces en nueve días, el móvil que a veces sonaba y no se sabía dónde, el cargador -el puto cargador-, la tarjeta del cajero tan severamente vapuleada, la ropa «normal», las playeras del día 5, el carnet de la piscina, el coche que un día se dejó tirado no sé dónde. También la familia de cada cual, que no suele ser la de estos días de camaradería desbordante y fraternidad sin excepciones. Los hobbies abandonados a su suerte. Las comidas sanas, o al menos moderadas. El agua, ese bendito bien escaso. El deporte. La vergüenza. El despertador. El sueño. La prudencia. La madre que nos parió.
Gentes que cuando amanezca sentirán extraños sudores fríos, notarán la cabeza taladrada aún por canciones mil veces machacadas, sentirán cómo retornan las neuronas y con ellas los ecos de conversaciones estrafalarias, besos mal dados, bailes peor danzados y abrazos interminables. Que sentirán de repente los dolores de las heridas de guerra acumuladas en estos días de trinchera parrandera, cicatrices cauterizadas pero no curadas por el alcohol.
El viaje en dirección contraria costará días de tedio y noches de insomnio que cada uno combatirá como pueda: teletienda, póker, Copa América, los periódicos comprados y no leídos, el libro abandonado en la otra vida de antes del día 6... Quién sabe si hasta caerá en el mítico y típico error de la escapada a alguna fiesta de pueblo que nunca es ni será lo mismo. No serán consuelo el «ya falta menos» -qué ostias va a faltar menos- ni el «fue bonito mientras duró» -si no ha durado nada...-.
De la realidad al surrealismo se pasa pronto, pero el viaje del surrealismo la realidad cuesta un huevo. Llevamos 200 horas oyendo a trompicones cosas como la prima de riesgo. No sé si es una familiar del portero de Osasuna o una paga extra del Ayuntamiento por entrar a garitos infames o tomar cosas que debieran llevar inscrita la calavera de las torretas de alta tensión. Así que o el mundo nos lo pone fácil o no respondemos. El 15 de julio en Iruñea es el día ideal para pensar en un ``Living Las Vegas''.