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«Necesitaban a una presa fácil para hacer aceptar a la opinión pública la euroorden»

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DANIEL DERGI
EX-PRESO bajo euroorden

Hace tan sólo unos días los proyectos de Daniel Dergi estaban centrados en «rehacer su vida en común con su compañera» aunque fuera lejos de Euskal Herria. Ahora, la posibilidad de ser entregado al Estado español se los ha partido por la mitad, por motivos «no jurídicos sino totalmente políticos».

Arantxa MANTEROLA

Cuando el pasado 6 de julio por la mañana, al acudir al comercio de muebles donde trabaja en la ciudad de Cahors, se percató de la presencia de unos «individuos raros» en las cercanías, Daniel Dergi no pensó en que fuera la Policía que venía a detenerle. «No iban uniformados y como ni me pasaba por la cabeza la posibilidad del arresto, lo primero que pensé fue en Jon Anza. Creí que se trataba de un secuestro y, por las caras que pusieron los policías, deduzco que ellos también se dieron cuenta de que lo que me estaba imaginando y sacaron inmediatamente los brazaletes de los bolsillos al tiempo que avisaban que era la Policía».

No es de extrañar que el ex-preso político, en libertad condicional y bajo control judicial, no se esperara ser detenido: «Estos últimos seis meses andaba sumergido en los trámites y gestiones para la compra del comercio de muebles en el que trabajo. Desde que estoy en libertad condicional (2008) nunca he tenido ningún problema ni ningún contratiempo relacionado con mi situación jurídica. Es más, hace unas tres semanas, el servicio que hace el seguimiento de mi dossier me trasmitió que el juez de aplicación de penas `antiterrorista', Bernard Lugan, veía con muy buenos ojos mi evolución; que estaba al corriente de mis proyectos profesionales y que todas las luces estaban en verde para mí. Incluso, aceptó un permiso de tres días para que me trasladase a Euskal Herria, algo que hasta ahora nunca me había concedido en verano. Cuando estaba detenido en la celda me acordé de esto y me dije que, ciertamente, todas las luces estaban en verde ... pero en dirección a Madrid».

Todos los proyectos del hiriburutarra se vinieron abajo. El mismo día de la detención iba a firmar el compromiso de compra del comercio y ahora todo está parado y el banco ha suspendido el crédito, aunque tiene la firme intención de «remover el asunto» y presentarse el 27 ante el tribunal «con la firma del compromiso de compra-venta en regla». Una forma de que los magistrados visualicen más claramente sus planes de futuro: «No en vano están un tanto alucinados de que una persona en libertad condicional haya superado los múltiples obstáculos para crear su propia empresa, algo que de por sí ya es complicado».

De todos modos, la decisión que pueda adoptar el tribunal de Agen es una nebulosa para Dergi: «Las intervenciones y las dudas planteadas por el juez y por la propia fiscal fueron sorprendentes. Era algo irreal. Es rarísimo escuchar ese discurso en el caso de militantes vascos. Quizás es que nos hemos encontrado con magistrados valientes -ya lo quisiera- o quizás, lo hicieron para que parara la huelga de hambre. No sé cómo analizarlas».

Para Dergi, lo que le sucede es «una aberración», máxime cuando en los cuatro años que duró la instrucción de su caso, «los jueces tuvieron tiempo más que suficiente para pedir las informaciones y hacer los requerimientos que quisieran. Ahora, 17 años más tarde, vienen con esto».

Según él, este proceder sólo se explica por dos razones: «Para empezar, Madrid ya no admitió que me dejaran en libertad condicional y, ahora, con el caso de Aurore y toda la movilización que ha suscitado, necesitan dar una respuesta y demostrar que pueden hacer efectiva la euroorden. Para eso les hacía falta una presa fácil y yo lo soy. Un antiguo militante de ETA es mejor para `vender' y hacer aceptar a la opinión pública la aplicación del dispositivo. El objetivo último es evidente: entregar a un militante vasco de ciudadanía francesa y abrir esa puerta para futuras euroórdenes. Es obvio que este asunto no tiene ningún carácter jurídico sino que es eminente y únicamente un asunto político».

Preguntado sobre si cree que la nueva situación política abierta en Euskal Herria podría tener influencia en su cao si acaba siendo entregado a la Audiencia Nacional española, no le es fácil avanzar una opinión: «Vista la respuesta a la tregua unilateral de ETA y, sobre todo, a la revolución que se ha dado en el seno de la izquierda abertzale, que en mi opinión es muy positiva y al que otorgo gran interés, no sé. Lo que sí sé es que estamos en el buen camino y que los estados están desamparados. Estoy convencido de que para el Estado español y para el francés es mucho más fácil gestionar un conflicto de baja intensidad que encarar lo que sucede actualmente».

Entre tanto, Dergi considera que la movilización «por mí, por Aurore y, en general, contra la euroorden» sigue siendo «indispensable». Espera que en la de hoy, a pesar de la dificultad de que se desarrolle en periodo estival, haya mucha gente, «porque el enemigo, desde luego, no está de vacaciones».

 

abrir la puerta

«Es obvio que este asunto es, eminentemente, político. Quieren entregar a un militante vasco de ciudadanía francesa y abrir la puerta a futuras entregas»

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