El test de estrés aplicado a 90 entidades financieras europeas se ha convertido durante la última semana en un estrés permanente para los mercados de renta variable. Ayer, según se acercaban los cierres y la hora de su publicación, se veía a los índices replegarse con nitidez. En el ámbito macroeconómico tampoco había nada favorable, dado que en Estados Unidos, en pleno debate sobre la elevación del techo presupuestario, la confianza de los consumidores no vive sus mejores momentos. Según el índice de la Universidad de Michigan, la confianza ha caído a su nivel más bajo en dos años. De otra parte, se mantuvo el acecho a la deuda de los estados periféricos europeos. En el Estado español la prima de riesgo se colocaba en los 340 puntos básicos. Por tanto, el miedo al desenlace de los test de estrés propició una nueva bajada en el Ibex. El lunes empezará desde los 9.484,20 puntos, tras ceder un 1,19%. En la semana cae un 4,57%, el segundo peor balance semanal del año. Del resto de Europa, tan sólo Fráncfort (+0,07%) se apuntaba un leve avance, frente a los descensos de París (-0,66%) y Londres (-0,06%). En el Ibex, los bancos volvían a las andadas, con descuentos notables para BBVA (-1,56%), Santander (-1,23%) y Bankinter (-2,17%). Telefónica, Repsol e Iberdrola también cedían más de un 1%. Los peores de la sesión fueron Técnicas Reunidas (-4,44%) y OHL (-3,39%). En París, los bancos registraban nuevas pérdidas. Crédit Agricole cedió un 3,06%, Natixis, un 2,97%, Société Générale, un 2,29%, y BNP Paribas, un 1,67%.