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EH JAIETAN: Iruñeko sanferminak

Agentes municipales se despiden de las fiestas a palos

El tradicional encierro de la villavesa transcurrió con normalidad hasta el final. En la subida de Labrit y en la calle Amaia aguardaban agentes de la Policía Municipal y de la española que cargaron contra los mozos deteniendo a uno e hiriendo a otro que tuvo que ser trasladado.

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Iosu GANUZA | IRUÑEA

El encierro de la villavesa es el acto con el que los que más aguante tienen cierran las fiestas. Por tradición consiste en esperar al autobús que sube de Errotxapea para correr delante suyo pero hoy en día ha cambiado. Esta vez, como viene siendo rutina, terminó con una carga policial en la calle Duque de Ahumada, junto a la Plaza del Castillo. Como consecuencia, un participante fue detenido por la Policía Municipal y a otro se lo llevó la ambulancia tras ser golpeado por uno de los agentes.

Todo estaba preparado para las 7.50 horas en la cuesta de Santo Domingo. El San Fermín viviente en la hornacina, los mozos cantándole y varios espectadores en las ventanas. Otro mozo vestido de municipal cortaba el tráfico. Pasadas las ocho una bengala dio el pistoletazo de salida al último acto. El mítico Indurain salió en su Pinarello sobrevolado por un zeppelin. La carrera transcurrió limpia en su totalidad excepto por algún tropiezo debido a la aglomeración de corredores y al cansancio acumulado. Además, siguiendo la tónica de los toros de este año, el astado completó el encierro a gran velocidad y sin caerse en Estafeta. Al llegar al tramo de Telefónica se pudo ver a agentes de la Policía Municipal y española provistos de material antidisturbios entre el que disponían de porras extensibles, prohibidas por ley. Entre miembros de ambos cuerpos superaban la treintena pero Indurain no paró y llegó hasta el final, el callejón de la plaza de toros.

La carga

Sobre las 8.15 horas los mozos se congregaron junto a Telefónica e instantes después la Policía comenzó a aproximarse para intentar cercarlos en Duque de Ahumada. Tras algunos cánticos, subidas de tono y más de un empujón comenzó la carga. Los asistentes corrieron hacia la Plaza del Castillo y Carlos III, donde seis agentes detuvieron al joven. Momentos después llegó la ambulancia para trasladar a uno de los contusionados. Este, cuando iba a ingresar en el coche médico, se acercó a los agentes para recriminarles su actuación. Los policías se revolvieron y al intentar agarrarle empujaron violentamente contra la ambulancia a una joven que se llevó un fuerte golpe en la cabeza sin que necesitase, en principio, ser atendida.

Tras marcharse la ambulancia la policía comenzó a recular y los mozos los despidieron con aplausos y pitos.

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