Todas las etapas de las grandes pruebas ciclistas, además de la victoria de un corredor, dejan muchas historias entre los deportistas del pelotón. En el caso de ayer, las más destacables fueron las de tres ambiciosos que buscaron la victoria: Thör Hushovd (Garmin), David Moncoutie (Cofidis) y Jérémy Roy (FDJ).

Normalmente todas las miradas se las lleva el vencedor de etapa. Y ayer también fue así. Pero mención especial se merece uno de los grandes protagonistas de la jornada que se quedó con las miel en los labios. Se trata del propio Jérémy Roy.

Fue el que mayor decepción se llevó por no lograr el triunfo. El francés es el nuevo líder de la montaña, pero ayer quería la victoria para celebrar el día de Francia que fue el jueves: «La decepción es muy grande. Es difícil asimilarlo. Da igual si se gana por mucho o por poco, porque es la victoria lo que cuenta. No me importaba tanto el maillot de la montaña cuando me metí en la escapada. Lo que quería era ganar la etapa. Sé que no soy un gran campeón, así que tengo que hacer lo que puedo, dentro de la medida de mis posibilidades y he fracasado».

El tercer clasificado también habló de la primera parte de su escapada: «Es de locos. No tenía previsto estar a la cabeza todo el día, pero así ha sido. Me coloqué en la parte delantera del pelotón simplemente para estar atento y justo cuando estaba ahí se produjo la escapada. Estaba en el lugar adecuado en el momento adecuado».

Y de la segunda parte. «En la bajada [al Aubisque], tenía una ventaja de más de un minuto, así que empecé a creer que tenía posibilidades. Pero en el valle noté que se me hacía cuesta arriba y cuando me enteré de que el hueco era de tan sólo 30 segundos me di cuenta de que no había mucho que hacer. Era un dos contra uno y con el viento de frente. Las dos subidas cerca de la entrada de Lourdes me mataron. Se sobrecalentó el motor. Hubiera necesitado un milagro», sentenció el de FDJ.

«Carrera perfecta» para Hushovd

La parte emocionante que supone la victoria de etapa correspondió a Thör Hushovd. El noruego señaló que «desde un punto de vista táctico, la carrera ha sido perfecta, he conseguido hacer todo bien y adjudicarme la victoria en solitario con el maillot arcoíris». El de Garmin realizó una jornada perfecta: «No me puedo creer que haya ganado una etapa de montaña en el Tour. Ganar así en solitario es algo anormal en mí, pero es algo magnífico. La subida del puerto de Aubisque ha sido perfecta. En la bajada tomé pocos riesgos. Sabía que podía acortar un minuto. He tenido buenas piernas en llano y la estrategia general ha sido buena».

También se refirió a lo que hicieron sus dos rivales. Sobre el corredor de FDJ indicó que «para Roy es doloroso, hizo una etapa muy bella». Por su parte, respecto al ciclista del conjunto Cofidis señaló que «entiendo lo que ha hecho Moncoutie. Cuando nos juntamos sabía que probablemente le ganaría al sprint y que por eso me estaba esforzando por intentar acortar la distancia frente a Roy».

Precisamente David Moncoutie, el otro francés decepcionado, fue quien reconoció que «la etapa estaba perdida desde antes. Yo no quería el sprint, por eso decidí dejar de colaborar a 10 kilómetros de meta».