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Recalará en el Villarreal

Se confirma finalmente la venta de Camuñas por 2,3 millones

El futbolista asegura que ha sido «una situación difícil», pero motivada por criterios deportivos, al poder jugar la Champions League.

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Natxo MATXIN

Era algo que se veía venir y sólo faltaba la confirmación oficial por las partes implicadas. Ayer se materializó tal circunstancia y Javier Camuñas fue traspasado al Villarreal por 2,3 millones de euros, de los que 260.000 irán a parar a las arcas de su anterior club, el Recreativo de Huelva, en concepto de plusvalía por la venta del jugador.

Con la misma actitud caballerosa que ha mantenido durante estos dos últimos años en la disciplina rojilla se despidió el futbolista, en un acto con los medios de comunicación que quizás fue un tanto frío respecto a los méritos deportivos y humanos del madrileño, debido en gran medida a la precipitación con la que se han desarrollado los acontecimientos.

Camuñas tuvo palabras de agradecimiento para todos los estamentos del club, y la grada, en especial. «He demostrado durante este tiempo que digo lo que siento y creo que es difícil encontrar una afición como ésta. Me han tratado con un cariño excelente y es complicado que me vuelva a ocurrir algo así en otro lado», se sinceró.

El carrilero reconoció que para él estas pasadas semanas han supuesto «una situación difícil» porque, si bien por un lado estaba tranquilo con su conciencia «por haberme comportado como el jugador por el que se apostó», también era cierto que el club «se queda en una situación jodida» con su marcha.

Recambio en el extranjero

Una salida que Javier Camuñas justificó en lo deportivo y no tanto en lo económico. «Es una oportunidad única para mí, porque tengo 31 años y voy a tener la posibilidad de disputar la Champions. Está claro que es un salto de calidad, y la carrera de un futbolista es corta», arguyó.

Aunque por repercusión mediática su gol -que valió el triunfo ante el Real Madrid el pasado enero- ha sido lo que más ha trascendido, el futbolista se quedó con su actuación frente al Sevilla, que sirvió para remontar y prácticamente certificar la permanencia como la de más grato recuerdo en una entidad «de la que me quedo con su carácter familiar, algo muy difícil de encontrar en el panorama futbolístico actual».

Tan complicado como va a ser encontrar un sustituto de garantías, tarea en la que ya está inmerso el director deportivo, Ángel Martín González, quien admitió que, tal y como está el mercado, lo más factible es que el recambio se busque en el extranjero, «dentro de nuestras opciones», matizó.

En principio, la búsqueda se va a centrar en los dos puestos que faltan para esa ala izquierda que ahora ha quedado huérfana «con jugadores que van a tener nivel para competir en esta liga», sin especificar si ello será a coste cero o pagando un traspaso «porque ahora se barajan ambas opciones».

Dos salidas diametralmente opuestas en lo relativo al aspecto deportivo y humano

Llegaron a la vez a Osasuna y se irán también al mismo tiempo, aunque dejando un recuerdo bien diferente. Javier Camuñas y Carlos Aranda coincidieron en su fase de formación en las categorías inferiores del Real Madrid y, tras militar en varios equipos en su etapa profesional, volvieron a juntarse en la escuadra navarra.

Sin embargo, el primero ha dejado unas sensaciones totalmente positivas en la entidad, mientras que el malagueño sale por la puerta de atrás, seguramente con dirección al Levante, después de que el club rojillo le invitase a buscarse una salida tras su decepcionante y poco comprometido final de temporada.

En estas escasas dos temporadas, Camuñas se ha convertido en una pieza indispensable del once osasunista, un jugador capaz de desequilibrar un encuentro con una penetración por banda, un buen centro o una perfecta asistencia. Tras ser el mejor en su primera campaña, la pasada no estuvo tan fino durante gran parte de ella, pero su final fue fundamental para la consecución de la permanencia.

El partido que protagonizó contra el Sevilla supuso el paradigma de ese último tramo brillante. Además, el compromiso que ha mantenido, tanto sobre el césped como en el vestuario, le convertían en un activo con un peso exponencial en el grupo, de no haber mediado la irrechazable oferta del Villarreal.

En el otro lado de la balanza, Aranda llegó de la mano de Camacho y esa circunstancia ha marcado su fin. Aunque nunca mostró un nivel de regularidad aceptable, protagonizó algunos buenos envites, pero desde la marcha del de Cieza, el delantero andaluz se borró del equipo, especialmente en los momentos más delicados.

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