Después de derrotar a Turquía, la selección italiana sub 20 ya tiene en su bolsillo el pase a los cuartos de final. Pero en estas categorías hay que seguir mirando más allá, buscando a los hombres que saquen el basket italiano del bache en el que lleva metido, por mucho que tenga a gente triunfando en la NBA. El torneo de Bilbo es competición, pero también formación para el futuro.

No sé si uno rejuvenece cuando contempla un torneo de estas categorías.

¡Ojalá rejuveneciera! Pero sí, claro que me entusiasma ver a los jóvenes jugar. Es algo que siempre produce gran placer.

Hasta la fecha, Italia está demostrando ser de los mejores del torneo, ¿no cree?

La verdad es que sí. Hemos armado una escuadra muy completa, que va mejorando partido a partido y creo que podemos ser competitivos ante cualquier rival.

Parece uno de los equipos, junto con españoles y franceses, mejor preparado tácticamente.

Ciertamente, desde ese punto de vista estamos muy bien trabajados, ya que el entrenador -Stefano Sacripanti- es un preparador muy bueno de conjuntos de jóvenes. También podemos decir que tenemos una selección bastante completa, junto a los que ha dicho, en tanto a capacidad física como en lo que al talento técnico se refiere.

Se nota que juegan con las ideas muy claras -presión tras tiro libre, respeto a los espacios...-, esté quien esté en la cancha.

El equipo lleva más de un mes trabajando muy bien y se ve cómo vamos jugando cada vez un poco mejor. Además, hay que destacar que cada jugador conoce muy bien el papel que debe desempeñar en cada momento, para luego dar el cien por cien en la cancha.

En estos campeonatos se mira al futuro. En Italia destacan Gentile y Melli. ¿Son ya realidad o aún son sólo promesas?

Son promesas, pero también dos jugadores distintos. Gentile juega minutos importantes y en la Benneton de Treviso -8,1 puntos en 21,7 minutos de promedio-, mientras que Melli aún no ha tenido tantas oportunidades de jugar, ya que en Milano le ha tocado estar mucho rato en el banquillo -desde febrero, acabó jugando 8,9 minutos de media en la Scavolini de Pesaro-. No obstante, creo que esa experiencia en la Serie A les va a venir muy bien, no ya para este torneo sino para su futuro.

¿Y qué me dice de hombres como Cervi, De Nicolao, Moraschini, Polonara...?

Tenemos bastante confianza de que de esta selección puedan salir jugadores que tengan éxito a nivel si no internacional, sí al menos en la Serie A de la LEGA. Ya hemos comentado que es una grupo que combina bastante buen talento técnico y físico.

Aparte de ser el jefe de expedición de la selección italiana, también es entrenador. ¿Qué es lo principal que intenta transmitir?

Lo primero y más importante es el entusiasmo por el juego. Me entristece ver a muchos jugadores con buena capacidad física y técnica, pero que no se divierten. Les ves en la cara que no disfrutan con el juego. Luego sí, hay que inculcar el desarrollo físico, técnico y mental, pero ante todo esto es un juego, un divertimento, y eso es lo que más me gusta transmitir.

Estos torneos de categorías inferiores tienen un seguimiento mediático cada vez más amplio. ¿Esto es bueno o es malo?

Es, también, parte del juego, del sistema deportivo. En principio es bueno, porque ayudan a dar a conocer a los jugadores. Pero sí hay algo que no me gusta nada, de nada respecto a los jóvenes: es todo este tema de los agentes. Pero lo dicho, es parte del sistema.

¿La clave en el desarrollo de los jugadores está en los minutos que pudieran tener en la liga?

Éste es un pequeño gran problema del baloncesto en Italia. La cuestión es que en nuestros clubes los jugadores italianos no juegan. Desde este punto de vista, es muy complicado que los jóvenes jugadores puedan desarrollarse. Creo que es una cuestión en la que debemos mejorar mucho.

Sin embargo, tienen a estrellas como Bargnani, Bellinelli o Gallinari en la NBA.

Sí, ellos están triunfando y mostrando su talento en los Estados Unidos, pero les faltan jugadores que puedan acompañarlos. Italia no produce la suficiente cantidad de jugadores de nivel internacional, y luego eso se nota también en los resultados de la selección senior. Para que nuestro baloncesto y la selección sean competitivas a nivel internacional, hay que construir un grupo de jugadores de nivel que juegue y complete a esas estrellas que destacan en la NBA.

Usted hizo una carrera de 18 años en Scavolini. ¿Ve eso posible a día de hoy?

(Sonríe) Creo que no. Esto se puede unir a la anterior respuesta, y es que, en estos momentos, sólo los grandes talentos como Melli o Gentile son capaces de llegar a la LEGA y jugar; pero sólo ellos y muy poquitos más. En mi época, hace 30 años, los equipos estaban compuestos por ocho italianos y dos americanos, pero a día de hoy sucede justo al revés, y de ahí vienen muchos problemas del baloncesto en Italia.

Por otro lado, usted tuvo la opción de ir a la NBA -probó con los Atlanta Hawks, el verano de 1986-. ¿Es ahora más fácil dar ese salto?

No es que sea fácil, es que el juego ha cambiado respecto a hace 25 años cuando hice la prueba. Sobre todo desde un punto de vista atlético, la diferencia que existía era muy grande, algo que ahora no es para tanto.

Tenga también en cuenta que ahora hay más equipos que entonces en la NBA y que en cada equipo hay más jugadores que participan. Además en Europa los jugadores europeos están más preparados físicamente, que es, repito, la mayor diferencia que existía hace 25 años, y que además ofrecen muchos recursos técnicos y un gran conocimiento del juego. Por ese motivo no es que sea más fácil dar el salto a la NBA, sino que muchos europeos ya son estrellas en los Estados Unidos.