No llevo la cuenta, pero es un clásico asegurar que la prensa es el «cuarto poder». ¿Cuáles son los otros tres? En fin, que estamos asistiendo a uno de esos momentos históricos en donde un imperio editorial, periodístico, televisivo y de comunicación parece convertirse en el centro de la información debido a sus cohabitaciones sospechosas con la política en activo. Empezaron acusando a uno de esos infectos periódicos sensacionalistas de haber realizado escuchas telefónicas a una niña secuestrada y tirando de ese hilo se nos ha mostrado como Rupert Murdoch y sus empleados, son parte activa del problema global que atraviesa el planeta tierra.

El modelo Murdoch es el de un hombre rico que ha ido comprando cabeceras hasta lograr influir de manera impresionante en la opinión pública global. Es un abanderado de la derecha más reaccionaria, apoyando de manera expresa a Bush o la invasión de Irak, y tomando decisiones tan claramente significativas como nombrar asesor con un sueldo desorbitado a José María Aznar, el halcón con bigotillo. Este australiano ha fundamentado su poderío en EE.U. e Inglaterra, pero algunos de sus productos nos afectan, especialmente todo aquello que tiene que ver con el complejo de cadenas orbitadas bajo el nombre de Fox y Sky.

Los informativos de la Fox, son neoliberalismo en estado puro, ideología ultra-conservadora en dosis exuberantes, pero a la vez, sus producciones de ficción nos deparan joyas como los propios «Simpson», cosas contradictorias, pero que vienen a completar el retrato con aristas de este personaje que ha tenido, y tiene, demasiado poder, que lo ha utilizado en beneficio propio y de sus amigos y que ahora está haciendo tambalear al gobierno inglés, ya que el actual primer ministro está muy contaminado por su proximidad con este multimillonario y sus secuaces.

De nuevo los maestros del periodismo nos dan lecciones. Aprendemos que forman parte del problema, que están para poner y quitar encargados de negociado que a veces se llaman presidentes o jefes de gobierno, y que son Poder aunque sea difícil darle un rango porque más que cuarto, parecen primer poder. Todos revueltos. La maldición del ciudadano Kane.