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Tesoros guardados en frasco pequeño

Sin la notoriedad y presencia de la que gozan los grandes equipamientos culturales del páis, pequeños museos que exponen en su interior grandes tesoros jalonan Euskal Herria, mostrando colecciones que, generalmente, nacen de grandes pasiones y vidas de plena dedicación a ellas. Algunas muestran coches de época o mariposas, o narran la elaboración de makilas o de diversos licores.

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A. BILBAO | BILBO

El imponente Guggenheim se impone como fachada del nuevo Bilbo, Donostia presenta con orgullo el remozado San Telmo, en el Artium de Gasteiz la actividad es frenética, en Baiona destaca Euskal Museoa y Oteiza eligió Nafarroa para mostrar sus obras al mundo en Altzuza. Son algunos de los grandes museos de Euskal Herria -no nos olvidamos de Chillida-Leku, que se encuentra en un impass; o del recién inaugurado Museo Balenciaga-, los más visitados y conocidos, aquellos que apenas necesitan ser publicitados para que el turista tenga conocimiento de su ubicación y contenido. Pero son muchos los pueblos y rincones ocultos del país que descubren al viajero pequeños tesoros.

En ruta desde el oeste hacia el este, en Galdames visitamos la Torre de Loizaga (del siglo XIII), idílica y renovado palacio que acoge en su interior un tesoro, por lo menos «sin parangón en Europa», según nos relata su guardián, José Ángel Durán.

«La colección está compuesta por 75 coches clásicos y antiguos, de los cuales 45 son Rolls Roice -todos los modelos de la la prestigiosa marca desde su inicio hasta que esta fue adquirida por BMW en el años 1998-. Entre ellos, el más antiguo es de 1910 (el abuelito de los Rolls, al que tiene especial cariño) y el más reciente de 1990». La muestra cuanta además, cuenta también con un Allen Runabout de 1898 (el más antiguo de los coches expuestos) «una buena pieza dentro del coleccionismo»; un Ferrari Testarossa, un Jaguar, un Lamborghini Countach, un Porsche, varios Mercedes... ¡hasta un camión de bomberos de Inglaterra de los años 30!

La colección es obra de Miguel de la Vía -falleció en 2009-, «un enamorado de los automóviles», quien poco a poco fue adquiriendo los coches -se muestran al público desde hace una década- y los reunió en la Torre de Loizaga, «su otra gran pasión, que también reformó».

«Mi trabajo es ponerlos en marcha y hacer que estén para circular. El coche parado se estropea más que en marcha, tiene que tener vida. Y todos los de esta muestra la tienen». De ello se encarga, mimándolos día a día desde hace 21 años, José Ángel Durán, quien habla de los automóviles con pasión y con cariño.

La exposición, que se sigue ampliando y completando, se puede visitar solo los domingos a la mañana, de 10.00 a 15.00. «El resto de la semana se dedica a visitas programadas, autobuses de, mínimo, 30 personas», señala Durán. La entrada general cuesta 6 euros (los niños no pagan hasta los 12 años, y los jóvenes de 12 a 18 años pagan la mitad, 3 euros, al igual que los jubilados).

El museo, de carácter privado, cuenta, según denuncia el mecánico y guardián de los automóviles clásicos y antiguos al despedirnos, con una carretera de acceso pésima, «en toda Bizkaia no he conocido otra peor».

De Galdames viajamos a Araba, con destino a Amurrio, donde se encuentra, en la fábrica de Licores Atxa, el Museo del Licor, donde se fabrica el pacharán y el Karpy que hizo conocida a la empresa, que en su día también tuvo un equipo ciclista. Esta es una muestra del amplio espectro museístico dedicado a la gastronomía de Euskal Herria, dedicados tanto al chocolate (en Tolosa y en Biarritz), como al queso o al pastel vasco (Sara), así como al vino (en Biasteri y Erriberri)...

Maribel Irabien trabaja en la Oficina de Turismo de Amurrio, y es una de las encargadas de mostrar El Museo del Licor. «La empresa Destilerías Acha, que nació en 1931 en la Alhóndiga de Bilbo, lleva muchos años emplazada en Amurrio. Y aprovechando que en ella se encuentran muchos artilugios de su primera época, se decidió, en los bajos de la empresa, exponer una muestra». Entre los objetos expuestos destaca «un alambique de cobre que la empresa adquirió en su primera época y se sigue utilizando». Se muestran también botellas, pequeños y antiguos objetos utilizados en la destilería, la mayoría traidos de Burdeos; así como una pequeña reseña al equipo ciclista (en una muestra anexa).

La destilería Atxa sigue trabajando, y es una de las casas centenarias que ha decidido mostrar su historia en un pequeño museo (puesto en funcionamiento hace cinco o seis años), visita que se puede aprovechar, como no, para adquirir sus productos. Las visitas se realizan previa cita, contactando con la Oficina de Turismo de Amurrio, y la entrada cuesta 5 euros.

Manuel Agirresarobe es un apasionado de las mariposas, y se ha dedicado a ellas por más de cincuenta años. Ahora las muestra en una exposición permanente sita en la calle Larretxipi de Irun. Sin horario concreto, las visitas se realizan previa cita y es gratuita. Es el propio Agirresarobe el que se encarga de mostrarlas, aunque la exposición, realizada íntegramente por él, sea hoy de titularidad municipal. Sin embargo, «estoy muy enfadado con el ayuntamiento de Irun», relata el estudioso de estos insectos, al sentirse engañado. «Se nos prometió un nuevo emplazamiento para la muestra, y aún estamos en las mismas».

«La muestra está dividida en dos. En una se muestran las mariposas de Euskal Herria y del Estado, y en la otra las del resto del mundo». La muestra tiene un carácter eminentemente didáctico, por lo que además de mostrar los insectos, «explica su ciclo vital, porqué tienen más influencia en nuestra vida de lo que creemos...».

Agirresarobe comenzó a cazar mariposas siendo aún adolescente, y guarda infinidad de anécdotas de su labor de invvestigación con ellas. El irundarra considera al también guipuzcoano Isidro Odriozola. como su gran maestro, con el que llegó a descubrir una especie desconocida de mariposa, a la que dieron nombre.

La exposición, muestra más de 7.000 especies de mariposas, de una belleza excepcional. «Se dividen en dos grandes grupos. Las que vuelan de día y las que vuelan de noche, y aquí no están expuestas más que las diurnas, de las que se conocen unos 25.000 especies y que no constituyen ni el 10 % de las mariposas, pues las nocturnas son más numerosas. Cuanto más cerca de la linea de Ecuador, más grandes y coloridas son las mariposas, y más numerosas. Cuanto más cerca de los polos, más blancas y pequeñas», narra el expert0.

Agirresarobe ha escrito además un libro con las mariposas que revolotean por el municipio de Irun, que incluye a más de 400 especies. La obra está pendiente de edición, y da muestra de la paciencia y la dedicacion que este aficionado ha tenido con sus grandes amigas, las mariposas.

makhilaren etxea, taller de los artesanos Ainciart Bergara
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