El Tour rinde homenaje hoy al Galibier tras cumplirse el Centenario de la primera ascensión del gigante alpino en 1911. Como se hizo el año pasado con el Tourmalet para celebrar la misma efeméride, se subirá en dos etapas consecutivas y en una será final de etapa, y, como entonces, está llamado a ser decisivo en la resolución de la carrera porque son las dos jornadas más duras del Tour.

La de hoy presenta tres puertos de fuera de categoría que se coronan a más de 2.300 metros con unas condiciones climatológicas gélidas poco habituales en julio. Son subidas con muchos metros de desnivel y eso provocará que la oscilación térmica desde el inicio al final del puerto sea muy grande, con la influencia que eso tendrá en el descenso de los dos primeros.

La más dura de las tres subidas es la primera, el col Angelo, con 23,7 kilómetros de ascensión al 6,5%, pero en los últimos ocho la pendiente es del 10%. Tiene 1.539 metros de desnivel. Se corona a 93 kilómetros de meta y cuando acaba su descenso empieza la subida al Izoard, cuya cima está a 55 de la llegada tras 14,1 de ascensión a una media del 7,3%. La parte más dura está en los últimos kilómetros.

La etapa acaba con la subida de los 23 kilómetros del Galibier desde Le Monetier Les Bains, con una pendiente media del 5,1%. No son rampas duras, sólo cuatro kilómetros tienen pendientes superiores al 6%, pero la altitud -la llegada más alta de la historia del Tour está a 2.645 metros-, y los casi 4.000 de desnivel de la etapa deben ser aprovechados por los escaladores, aunque todo va a depender mucho del viento. Hasta Lautaret las rampas son del 4% de media y eso puede provocar que los favoritos esperen hasta los últimos nueve kilómetros.

El segundo plato

En cualquier caso Contador y Andy Schleck, que son los escaladores más fuertes en teoría, ya han dejado claro que van a atacar hoy porque no se puede dejar todo para la etapa de mañana, de apenas 109 kilómetros, que presenta casi de salida una subida más dura del Galibier desde Saint Michel de Maurienne. Se sube primero el Telegraphe, 11,9 kilómetros al 7,1%, y tras un descenso de cinco se suben 16,7 al 6,8%. En los últimos cinco se supera el 8,5% de media. En total suman 34 kilómetros desde Saint Michel de Maurienne hasta la cima y el desnivel es de 1.841 metros. Una barbaridad.

De los 2.556 metros en los que está situada la pancarta de montaña se baja a los 723 de Bourg d'Oisans y allí comienza la subida final de Alpe d´Huez, 13,8 kilómetros al 7,9% de media.

Son dos etapas duras llamadas a marcar importantes diferencias, aunque nada tienen que ver con la primera que pasó por el Galibier en 1911. Entonces sólo tres ciclistas pudieron superarlo sin poner el pie en la tierra. Emile Georget pasó a la historia por ser el primero en pasar en cabeza por su cumbre en una etapa de 366 kilómetros entre Chamonix y Grenoble.

Emile Georget declaró tras superar la cima que «no he visto jamás nada más duro». Tardó 13 horas y 35 minutos en completar la etapa y llegó a meta con quince minutos sobre Paul Duboc y 26 sobre Gustave Garrigou, que fueron los otros dos que subieron sin pararse. Eran tan grandes las diferencias que ni se contaban los segundos.

Desde ese año el Galibier ha sido habitual en el Tour y entre los corredores que han pasado por su cima sólo hay dos vascos, Federico Ezquerra en 1934 y 1936 y José Luis Arrieta en 1999. En los últimos años fue decisiva en 1998 cuando Pantani pasó por el Galibier en primer lugar tras un ataque que le permitió ganar en Les Deux Alpes y arrebatar el amarillo a Ullrich.

Es un puerto histórico y por descubrirlo se levantó en 1949 un monumento al organizador de las primeras tres décadas de la carrera, Henri Desgrange, en la vertiente sur, poco antes de entrar en el túnel. Entre hoy y mañana el Galibier está llamado a volver a hacer historia.