Las ramificaciones de las escuchas ilegales debilitan a Cameron
El primer ministro británico, el conservador David Cameron, se vio obligado a acortar su visita a África para volver a Londres y explicar la naturaleza de su relación con la corporación mediática de Rupert Murdoch y su decisión de contratar como jefe de prensa al periodista investigado por escuchas ilegales Andy Coulson, ante los diputados de los Comunes, que retrasaron sus vacaciones por un día,
Soledad GALIANA |
La saga de las escuchas ilegales continúa. Si el martes fue el día de la declaración de Rupert y James Murdoch, directivos de la organización News Corp, cuyas publicaciones británicas están siendo investigadas por acceder ilegalmente a los mensajes de voz y texto en los móviles de famosos, políticos y víctimas de crímenes, ayer le tocó el turno al primer ministro, David Cameron,
Cameron tuvo que explicar las ramificaciones de sus relaciones personales y profesionales con empleados de los Murdoch, y especialmente con Andy Coulson -el que fuera editor del dominical de prensa amarilla «News of the World» y que se vio obligado a dimitir por su posible responsabilidad en las escuchas ilegales-, y Rebekah Brooks, su antecesora en el cargo y hasta el sábado jefa ejecutiva de Independent News (rama británica de la corporación de los Murdoch).
Durante su declaración ante la Cámara de los Comunes, Cameron aseguró que «en restrospectiva» no habría contratado a Andy Coulson como su jefe de prensa, admitiendo que «lamentaba» el furor que se ha desatado al verse este involucrado en una nueva investigación.
Sin pedir perdón
Sin embargo, el primer ministro conservador se negó a pedir perdón apuntando a que confía en la veracidad de su amigo Coulson, que afirmó que abandonó el dominical asumiendo su responsabilidad como editor a pesar de desconocer que la publicación que dirigía realizaba escuchas ilegales. Cameron aseguró que si la investigación descubre que Coulson le mintió, pedirá perdón a los británicos. El líder de la oposición, el laborista Ed Miliband, describió la contratación del periodista por parte del líder conservador como «un error de criterio catastrófico».
Su afirmación abrió un debate sobre si los laboristas fueron los que iniciaron esta tendencia política de relacionarse con los medios para así asegurarse que las noticias publicadas siempre presentaban una visión positiva del gobierno.
Además, dio pie a un intento de exculpación por parte de los conservadores que acusaron a los anteriores primeros ministros laboristas Tony Blair y Gordon Brown de cultivar el mismo tipo de relación con los ejecutivos de Murdoch que de la que ahora reniega Cameron.
Relación con Brooks
Precisamente estas relaciones de carácter personal con Rebekah Brooks (vecina y amiga de la familia Cameron) fue el centro de las preguntas de los diputados, que inquirieron en varias ocasiones sobre si en esas conversaciones con Brooks u otros directivos de Independent News se había discutido la compra por parte de la corporación del canal BSkyB, del que Murdoch ya poseía un 29%.
En este punto, Cameron simplemente respondió que no había mantenido «conversaciones inapropiadas», sin aclarar si la adquisición de un nuevo elemento para el imperio mediático de Murdoch había sido tratado en sus encuentros.
Lo que si confirmó durante su intervención fue la creación de una comisión de investigación encabezada por el juez Lord Leveson que examinará las prácticas de los medios (incluyendo radio, televisión y medios sociales) con los políticos y la policía.
El grupo News International anunció ayer que ya no pagará los costes de la defensa del investigador privado Glenn Mulcaire, sobre quien se centra la investigación de las escuchas telefónicas ilegales. La decisión se produce horas después de que James Murdoch, responsable del imperio mediático en Europa y Asia, asegurase desconocer que el dominical «News of the World» dedicara fondos al pago de la defensa del investigador ante una comisión parlamentaria.
Mulcaire fue encarcelado durante seis meses en el año 2007 por interceptar mensajes en los móviles del servicio de la familia real a petición de «News of the World». Durante la comparecencia ante la comisión se cuestionó si News Internacional había incluido una cláusula que obligara a los directivos dimitidos a guardar silencio si se les interrogaba sobre asuntos que pudieran afectar a la corporación como parte de las compensaciones acordadas. Los Murdoch negaron este tipo de imposición.
Sin embargo, en el caso de costes legales sí se puede producir un conflicto de interés en el seno de la defensa entre los intereses de la persona a la que representa y el grupo que paga sus honorarios. GARA