Expertos ligan la hambruna en Somalia a veinte años de guerra más que a la sequía
La guerra civil que se prolonga ya más de dos décadas, y no tanto la sequía, es la principal causa del hambre en Somalia, por eso cualquier solución a esta situación de catástrofe humanitaria debe incluir inevitablemente un acuerdo de paz.
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«Me sorprende que la gente vea el hambre como una consecuencia de la falta de lluvias y alimentos», declaró Donald Kaberuka, presidente del Banco Africano de Desarrollo (BAD), quien sin dudarlo liga la crisis a la larga guerra civil que asola Somalia desde hace más de dos décadas, aunque haya incidido también la sequía.
Ayer en Nairobi, la ONU declaró oficialmente el estado de hambruna en dos regiones del sur del país, Bakool y Baja Shabelle, una situación provocada, según esta organización, por la sequía, algo que para nada comparte Kaberuka. Para paliarla ha pedido 300 millones de dólares, ya que casi la mitad de los 3,7 millones de somalíes «están ahora en crisis», aunque los directamente afectados por la hambruna sean 350.000 personas. En total, 12 millones de personas requieren asistencia urgente en toda la región.
Para el presidente del BAD, esta crisis alimentaria de este año en Somalia, una situación inédita en los últimos veinte años, «está absolutamente vinculada (...) a la destrucción causada por la crisis somalí».
Por eso, se mostró confiado en que esta vez la llamada comunidad internacional se reúna para «adoptar una solución basada en tres puntos. Somalia necesita una respuesta a corto y largo plazo dirigida a estabilizar la economía, la financiación y el sistema agrícola y ganadero».
Pero las agencias de la ONU y las ONG siguen relacionando el hambre con la sequía que castiga el Cuerno de África.
Inmerso en una guerra civil constante desde la caída del régimen del presidente Mohamed Siad Barre, en 1991, y azotado por frecuentes desastres naturales, la situación en Somalia ha sido descrita como una de las peores crisis humanitarias.
A juicio de Kaberuka, la solución pasa por un acuerdo de paz que ponga fin a este largo conflicto bélico que enfrenta al Gobierno títere, que cuenta con el apoyo de las tropas etíopes financiadas por EEUU y de la UA, con los combatientes islámicos shebab, que en 2006 en su lucha contra los señores de la guerra llegaron hasta Mogadiscio y todavía hoy controlan parte de la capital, el centro y el sur del país.
Donald Kaberuka comparó la situación de somalia con la de Etiopía de hace 20 años, para explicar que el inicio de la hambruna de 1980 también estuvo ligado a la guerra, que desplazó a un gran número de personas hacia el sur. Y recalcó que como la situación se ha estabilizado, hay muy pocos casos de falta de alimentos.
«Ya sea en Bangladesh o en Etiopía, el hambre no está ligado a la falta de alimentos sino a la falta de poder adquisitivo de muchas personas», subrayó.
Una importante tasa de mortalidad, malnutrición, difícil acceso al agua... Naciones Unidas enumera una lista de criterios para definir una situación de «hambruna» que acaba de decretar en Somalia, asolada por la guerra y la sequía.
Según el índice de clasificación de la seguridad alimentaria (IPC), el más usado, las principales características de la hambruna/crisis humanitaria son «una tasa de mortalidad mayor que dos de cada 10.000 personas por día, una malnutrición aguda que afecte a más del 30% de la población, la disponibilidad de alimentos muy por debajo de las 2.100 calorías por persona y día, menos de cuatro litros de agua por persona y por una pérdida real de los medios de subsistencia».
Estas características deben afectar a más del 20% de la población, aunque no tienen que darse todas para que se declare un estado de hambruna. Desnutrición, mortalidad y difícil acceso al agua son las tres que deben darse, según la FAO.
Pero esta definición no es unánime. Christopher Barrett, experto en ayuda alimentaria, afirma que el hambre se caracteriza por «una tasa de mortalidad superior a la normal, ya sea directamente a causa del hambre -causada por la falta de acceso o por un insuficiente acceso a los alimentos- o, más frecuentemente, debido a una enfermedad o pel daño causado por desnutrición grave». GARA
La ONU declaró ayer oficialmente el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Baja Shabelle, algo inédito en este país durante los últimos veinte años, y pidió a la comunidad internacional 300 millones de dólares para «salvar vidas».