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Bruno Carvalho Periodista portugués

A la conquista del Alentejo

En Portugal, buena parte del sistema económico y financiero está sujeto a los intereses del Estado español. No sorprende ver a las élites portuguesas hacer suyos los intereses de las élites españolas

Hace algunos años, surgió desde empresarios del sector turístico portugués la idea de lanzar una campaña publicitaria para cambiar el nombre de la región del Algarve. Si ya de por sí, es difícil encontrar un espacio privado que tenga como primera lengua el portugués en el Algarve, a pesar de ello decidieron rebautizarlo con el nombre de Allgarve. Adaptando el nombre para agradar a los turistas anglófonos, los empresarios portugueses asumieron la total renuncia a la defensa de su propia lengua y cultura, que de por si ya son tan maltratadas, en nombre de los beneficios económicos en aquella región del país.

Recientemente acaba de surgir una nueva campaña. En esta ocasión en el Alentejo, una de las regiones que ha resistido al turismo de masas, se lanzó la abyecta idea de invitar a los españoles a conquistar el territorio. En la imagen puede verse en el cartel una bandera española y el lema «Conquista el Alentejo». Esta valla publicitaria ya llegó a varios puntos del Estado español, entre ellos, por ejemplo, al País Vasco.

Supe de la noticia en Euskal Herria a través de un amigo vasco. Me quedé estupefacto cuando mediante su móvil vi la fotografía. Sonreí al observar que la fotografía de la valla había sido alterada con spray y en ella se leía «Alentejo ez da Espania». Después de todo, pensé, ¿quiénes conocen mejor que los vascos la sumisión de las elites autóctonas respecto a las elites dominantes?

En Portugal, buena parte del sistema económico y financiero está sujeto a los intereses del Estado español. Como tal, no sorprende ver a los representantes políticos de las elites portuguesas hacer suyos los intereses de las elites españolas. Las relaciones del ex-ministro y empresario Dias Loureiro -del Partido Social-Democrata que es la formación que ostenta el poder actualmente en Portugal- con el ex presidente español José Maria Aznar y su yerno Alejandro Agag son conocidas. A este respecto, existen sospechas de fraudes y venta de armas.

Mucho más preocupante es la acusación lanzada por Rogério Carvalho da Silva. Este antiguo miembro de la organización armada portuguesa Fuerzas Populares 25 de Abril (FP-25), actualmente en prisión, fue contratado por la seguridad de la Embajada de los Estados Unidos en Lisboa. Unos años más tarde, un colaborador de los servicios secretos portugueses lo reclutó para matar independentistas vascos.

Desde la cárcel, el portugués habló en mayo a la prensa sobre las acusaciones de la muerte de etarras en Francia, un proceso éste que también involucró al comandante y el vice-comandante de los servicios secretos militares, el por aquel entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Lemos Ferreira, y al primer ministro de aquella época, Aníbal Cavaco Silva.

Asimismo, la cuestión económica española como se puede ver va más allá. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2008, el 31% de las importaciones portuguesas de bienes provenían del Estado español. Portugal era, en ese año, responsable del 8,7% del total de las exportaciones de aquel Estado, solamente antecedido por Francia y por Alemania e, incluso por delante de la presencia histórica que han tenido en la economía española los países sudamericanos.

Esta es la realidad de un país que tantas veces vio su soberanía nacional abandonada por sus propias élites económicas y políticas.

Ahora al servicio de los intereses de las potencias europeas y de los Estados Unidos, a través de la Unión Europea, de la OTAN y del Fondo Monetario Internacional (FMI), o como en el pasado, al servicio de los Reinos de Castilla y España. Aunque los tiempos sean otros, como en 1383 y 1640, el pueblo portugués debe derrotar la perdida de independencia económica, política y cultural.

A parte del Alentejo, nos toca reconquistar todo el país y ponerlo al servicio de los intereses de los trabajadores, de la justicia y del progreso social.

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